Las cifras hablan por si mismas, puesto que este Citroën C3 consigue un consumo de 2,9 litros cada 100 kilómetros en ciclo mixto, con unas emisiones de solo 69 gramos de dióxido de carbono por kilómetro. Esto significa un tercio menos de emisiones que un motor de gasolina equivalente, y una disminución del consumo que en ciudad puede llegar a ser un 45% menor.
Como en cualquier hibrido eléctrico, en este sistema Hybrid Air encontramos tres modos de funcionamiento, que se combinan entre si de forma transparente para el conductor. Por un lado está el modo térmico, en el que el motor de gasolina impulsa completamente al vehículo. Encontramos el modo air, en el que el coche se mueve tan solo mediante aire comprimido. Este modo funciona hasta los 70 kilómetros por hora, y es el que podremos utilizar en la mayoría de nuestros trayectos urbanos. Por último encontramos el clásico modo combinado, que se puede utilizar en aceleraciones, o recuperaciones, donde la combinación del motor térmico y el aire comprimido nos puede llegar a ofrecer hasta 122 caballos de potencia.
Ventajas sobre los híbridos eléctricos
Como hemos visto, el sistema Hybrid Air funciona de una forma similar a cualquier hibrido eléctrico, e incluso recupera también energía gracias a las frenadas y deceleraciones, en las que un conjunto bomba-motor hidráulico recarga los depósitos de aire comprimido.
La principal ventaja de este sistema frente a los híbridos eléctricos la encontramos en el ahorro de espacio, al no ser necesarias las siempre voluminosas y pesadas baterías. Los depósitos de aire comprimido pueden aprovechar tanto el espacio de la columna central del vehículo, como el espacio que queda libre tras el depósito de gasolina, con lo que tanto el habitáculo como el maletero del vehículo quedan inalterados.
Citroën asegura que este sistema es perfecto tanto para turismos como para vehículos comerciales, y asegura que podrá tener cabida en un gran número de mercados en todo el Mundo.
Artículos recomendados