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RETRASO

Los motores turbo 2.0 no llegarán al DTM hasta 2017

La normativa unificada de turismos entre el DTM, Super GT y el campeonato americano retrasa su idea inicial.

Fernando Sancho

18 julio 2014 20:52

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Los motores turbo 2.0 no llegarán al DTM hasta 2017

Los motores turbo 2.0 no llegarán al DTM hasta 2017

Cuando se anunció la normativa unificada de reglamentos entre el Super GT japonés, el DTM y la creación a su vez de una categoría de similar funcionamiento en Norteamérica, uno de los puntos claves era permitir a los fabricantes pasar de uno a otro campeonato sin un proceso de adaptación complejo. Entre los puntos a tener en cuenta era la reducción del tamaño de los motores, que pasarían a ser unidades turbo de dos litros y cuatro cilindros, mucho más representativos de lo que suelen montar los propios fabricantes en sus modelos producción que ruedan por nuestras calles día a día.

En esta línea, el Super GT ya ha adoptado este tipo de propulsores y en Japón tanto Honda, como Lexus y Nissan están compitiendo con motores de cuatro cilindros, con sistema de turbocomprensor y con un tamaño de dos litros de capacidad. Sin embargo, parece que la unificación en este aspecto se va a retrasar puesto que el DTM ha anunciado que adoptará estos motores en 2017, o lo que es lo mismo, retrasa en un año la puesta en marcha de este tipo de propulsores ya que el plan inicial era poder trabajar con ellos ya en la temporada de 2016.

Así lo anunciaba recientemente uno de los nombres propios del campeonato, básicamente porque es el Director de Audi en el DTM. Dieter Gass confirmaba así los rumores que habían surgido días antes: "Vamos a tener motores de cuatro cilindros pero ya para el 2017. Estaba previsto el cambio para la temporada 2016, pero la fecha límite ha pasado y todo sería muy precipitado".

Contradicciones

El retraso de una temporada en la introducción de estos motores 2.0 es sin duda un golpe a la normativa unificada que el año pasado había sido anunciada. El objetivo principal de todos estos movimientos era que BMW, Audi y Mercedes pudieran competir en Japón y EE.UU. sin problemas, de la misma forma que las tres marcas japonesas pudieran hacer lo propio y mostrar sus productos de competición en Europa. Todo este movimiento de marcas, si es que se produce, tendrá que esperar un año más ya que no compensa trabajar con chasis similares y tener que desarrollar dos motores diferentes. A veces las cosas no salen como uno espera.

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