Cuando conducimos nuestro coche es necesario tener activos todos nuestros sentidos. La vista, el odio, el olfato, la sensibilidad, entre otras cosas, pudieran hacer la diferencia en un momento determinado e inclusive, marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Conducir un vehículo requiere de conocimiento y mucha responsabilidad, pero no todo dependerá de los sistemas de seguridad que vengan con el coche, al contrario, nosotros mismos debemos encargarnos de velar por nuestra integridad física y por la de quienes nos acompañen en un momento determinado. Es por ello que en esta oportunidad analizaremos de manera breve uno de los factores más importantes que contribuye a llegar seguros a nuestro destino, sin importar que sea de noche o de día.
La ceguera nocturna
Lo primero es entender de qué se trata la ceguera nocturna, y en segundo lugar saber si tiene solución o no. A nivel médico está comprobado que la visión se reduce en la oscuridad y ello obedece a que los niveles de agudeza visual disminuyen porque el campo de visión se ve menos clara, y porque el campo de colores se reduce y solo vemos en blanco y negro y tonalidades grises. Por otro lado, todas las personas tienen dificultades para ver en la noche o en la oscuridad, y la situación tiende a empeorar cuando hay cambios constantes de alta y baja luminosidad. Los mayores problemas que tienen muchos es cuando se enfrentan a cambios repentinos como la intensidad de los faros de los vehículos que vienen al contrario, así como la luminosidad de los faroles apostados en las calles.
Razones o causas de la ceguera nocturna
Es importante saber que, cuando hablamos de ceguera nocturna, no nos referimos a una enfermedad como tal, sino a alguna deficiencia consecuencia de otras dolencias. Los médicos especialistas en salud visual atribuyen a que uno de los factores de más peso para sufrir la ceguera nocturna es la miopía o hipermetropía. Otros factores que se deben tomar en cuenta son las enfermedades típicas de la vista, como por ejemplo, las cataratas o el glaucoma. También pueden entrar a colación otras dolencias físicas como la diabetes o enfermedades del hígado o el páncreas. Otra razón que también causa la ceguera nocturna es sufrir de Queratocono, que en este caso causa que la córnea con adopte una forma de cono por lo que en ambientes escasamente lubricados la agudeza visual empeora.
Cómo se previene la ceguera nocturna
Como acabamos de notar, uno de los métodos más efectivos para prevenir esta molestia es consumir muchos alimentos que sean ricos en vitamina A, y entre ellos pudiéramos incluir frutas como el melón, mangos, el aguacate, y algunos vegetales como la zanahoria, lechuga, batatas, pimentón, hojas de mostaza, guisantes verdes o arvejas, hojas de nabo, tomates, damascos secos, espinacas, melocotón, papayas, pimientos rojos, dientes de león, harina de avena fortificada y la misma calabaza; en este sentido entra en juego el mantener una dieta de alimentos muy sana para así evitar que se aceleren o se produzcan enfermedades relacionadas con la diabetes o las cataratas. Para eliminar la ceguera nocturna el tratamiento dependerá de las causas, por ejemplo, al operarse de las cataratas, en caso de que el paciente las tenga, o usando lentes o gafas ideales para ello en el caso de la miopía o intermetropía.
Es digno de mención que hay otras fuentes que contribuyen con una mejor salud visual y evitan la famosa ceguera nocturna. Los pescados y mariscos son otro ejemplo ya que son una fuente rica y nutritiva de ácidos grasos y omega-3, también imprescindibles para la buena visión. Otro dato adicional es que el pescado también contiene retinol, que en este caso es una forma de vitamina A que aumenta la visión nocturna.
En nuestra dieta diaria también podríamos incluir a los famosos arándanos azules ya que ellos representan una fuente rica de antioxidantes, así como los arándanos rojos que vienen a ser ricos en antocianósidos, una forma flavonoide que puede contribuir a regenerar los pigmentos morados en el ojo que en este caso son los que ayudan a ver en la oscuridad.
No tome riesgos innecesarios
La visión es nuestra ventana hacia el mundo es por ello que, cuando se trata de nuestra salud visual, debemos tomar todas las precauciones necesarias para evitar riesgos que pongan en riesgo nuestra propia vida. Aunque suene feo, como personas adultas debemos tomar decisiones y entender cuando podemos o no conducir en la oscuridad; por ejemplo, si usted sufre de ceguera nocturna no debería conducir en las noches, y mucho menos cuando las condiciones son complicadas ya que vienen acompañadas de neblina o lluvia. Lo más recomendable es quedarse en casa, o si se encuentra en la carretera busque un lugar donde pasar la noche para continuar con su camino al amanecer.
Recuerde, la ceguera nocturna no es una enfermedad física, pero si es una consecuencia de otras características o deficiencias físicas. Si usted sufre de ceguera nocturna no tome riesgos, no conduzca de noche, y busque ayuda especializada, tomando una dieta nutritiva y rica en vitamina A.
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