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HISTORIA

El claxon o bocina y su historia

Conoce un poco sobre el origen de este dispositivo de seguridad automotriz.

Christian Tixce

24 noviembre 2018 22:55

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El claxon o bocina y su historia

Cuando vemos un vehículo sin importar su antigüedad, ya sea este un coche o camión, no podemos imaginarnos que no posea un claxon. Ese dispositivo que en otras regiones del globo se conoce como corneta, bocina o pito es un elemento de seguridad por el cual muchos de nosotros damos por sentado o sencillamente nos molestamos cuando otro conductor impertinente la toca por insistencia en un atasco. No obstante, pocos sabemos su origen. Este se remonta a 1680 cuando no se usaba en los carruajes de la época, sino para anunciar la caza. El mismo consistía en una pera que se unía a una trompeta de metal. El curso de la historia de este instrumento fue para la música y con el pasar de los siglos fue perfeccionado e introducido en Alemania y en 1730 comenzó a usarse en la ópera. Sin embargo, su historia estaría por escribirse también en el ámbito automotriz para el siguiente siglo.

El claxon o bocina y su historia

Primeras señales

Una vez que el coche hace su aparición, se hacía necesario avisar su presencia cuando se disponía a circular y a medida que el tránsito automotor iba creciendo esto se hacía más crucial. Pues bien, ante esto surgieron algunas ideas que se plasmaron en una curiosa ley en el Reino Unido que se conoció como Locomotice Act. Allí rezaba que los vehículos automotrices debían ser precedidos por una persona que anunciara su paso, este debía ir a pie llevando una bandera durante el día y una linterna durante la noche. Pero surgieron otras ideas. En el otro lado del globo, específicamente en Massachusetts, un legislador propuso que los automóviles debían estar equipados con una campana que debía sonar con cada revolución de las ruedas. Otro sugirió que el conductor debía disparar una luz de bengala a modo de advertir a los conductores de vehículos que se aproximaran por caballos. Pero esto se volvió inútil con el pasar el tiempo pues cada vez los automóviles ganaban más velocidad y era necesario otro método más eficaz para anunciar no solo a los peatones, sino también a otros conductores que circularan desprevenidos pues el espejo retrovisor aún no había sido inventado.

El claxon o bocina y su historia

Primeras bocinas

A finales del siglo XIX el claxon de siglos anteriores accionado por una pera vuelve al escenario y se instala de manera obligatoria en los coches de la época, pues resultó una medida de aviso muy eficaz. Este consistía en una especie de goma unido a una trompeta metálica que comenzaba con un tubo cilíndrico que se curva y termina en un tubo cónico, lo que le confiere un sonido característico. Luego, para 1914 el inventor alemán Robert Bosch patenta la primera bocina eléctrica, la cual salió al mercado en 1921. En el otro lado del mundo ya se había patentado otra similar en 1908 a cargo del inventor e ingeniero Miller Reese Hutchison, la cual más tarde se comenzaría a implantar en los vehículos producidos por el gigante automotriz General Motors.

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Este nuevo dispositivo emite un sonido cuando se produce una vibración en una membrana activada eléctricamente luego que el conductor presionase un botón. Al principio existían muchas bocinas que emitían múltiples sonidos hasta que se adoptó el tono conocido en la escala musical como 'mi bermol'. No obstante, a medida que el tránsito fue extendiéndose en las ciudades para la década de 1960 se adoptó el tono 'fa' sostenido pues es el más fácil de identificar entre el ruido del tráfico. El nombre claxon que se usa en gran parte de países hispanohablantes no solo proviene de la marca comercial registrada para estos dispositivos 'Klaxon', sino que los mismos provienen del término griego 'klazein' que significa 'rugir' y el cual también se asocia al término latín 'clángere', que denota 'resonar'.

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Diferentes usos y tipos de claxon o bocinas

Los claxon se han adaptado a diferentes tipos de vehículos de hoy en día, y en estos juega un papel muy importante el tamaño del automóvil. Mientras más grande sea este, más fuerte sonará su bocina. Para los coches y motos se usan bocinas eléctricas de uso común o estándares. No obstante, para los más grandes como los camiones, autobuses y hasta ferrocarriles y trenes disponen de unos más potentes. De hecho, este tipo de vehículo traen la bocina eléctrica pero además usan una de aire que funciona con el aire generado por el motor y almacenado en cilindros que hacen sonar trompetas cuyo sonido supera los 120 decibeles en la escala del sonido, por lo que son muy estridentes. Aun así todas las bocinas, sin importar su clase y sobre todo estas deben ser usadas conscientemente.

El claxon o bocina y su historia

Uso correcto del claxon

En cualquier zona del mundo el uso indiscriminado y negligente del claxon es sancionado con una multa de acuerdo a los reglamentos del Tránsito Terrestre o de una ordenanza municipal, por lo que su uso de hacerse en momentos como: Para avisar nuestra posición para avisar si alguien intenta incorporarse en la vía y no nos haya visto, como también para alguien que lo hace en marcha atrás. Para anunciar que llevamos una emergencia al transportar una persona a un centro de salud siempre teniendo las luces principales encendidas y las intermitentes también. Para evitar un accidente o para alertar a un animal nuestro paso, como cuando se nos atraviesa un perro en la vía o para avisar a otro conductor que vamos a adelantarle. Sin duda, el claxon es una herramienta que pasó de ser un instrumento de caza a un dispositivo de seguridad que debe usarse de manera responsable.

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