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La historia del Renault 8 Gordini

Conozca la historia de Amadeo Gordini, el genio creador de la línea de coches que le generó muchos éxitos a la Marca Renault en la década del 60.

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La historia del Renault 8 Gordini

Durante la década de los años 60, más específicamente en el año 1962, el fabricante de origen francés conocido como Renault lanzaba al mercado un modelo perteneciente al segmento D al cual denominaron como Renault 8 o como R8N como también era conocido.

Nacido para competir

A lo largo de su existencia este vehículo fue evolucionando al punto de convertirse en el máximo representante de una división de coches de calle semipreparados, creada por el fabricante en un intento por salvar a la empresa de la quiebra, esta división fue fundada en el año 1969 luego de que el fabricante adquiriera a la firma Gordini cuyo representante y fundador, Amadeo Gordini, ya había trabajado para Renault desde hacía ya algunos años como colaborador.

La historia del Renault 8 Gordini

La participación de Amadeo Gordini

La participación de Amadeo Gordini dentro de la empresa fue de vital importancia pero su historia dentro de ella cuenta con la particularidad de que se divide prácticamente en dos épocas, la primera de ellas se desarrolla entre los años 1969 y 1977; en estos primeros años Gordini presentó mejoras realmente notables de varios de los modelos de la marca entre los que podemos contar al Dauphine, 5, 8,12 y Renault 17, siendo sus trabajos más notables los realizados en el Renault Dauphine y el Ondine.

La historia del Renault 8 Gordini

El binomio Renault-Alfa Romeo

Entre la década de los años 50 y los años 60 Renault mantenía una muy buena relación comercial con Alfa Romeo, en la cual el conjunto galo fabricó coches para Alfa Romeo, y Alfa Romeo por su parte fabricó varios coches para Renault, dentro de los que podemos contar al Renault Dauphine fabricado entre los años 1959 y 1964, además del Renault Ondine entre los años 1961 y 1962.

La historia del Renault 8 Gordini

En el año 1957 Renault contacta al Ingeniero de origen italo-frances Amadeo Gordini con la intensión de contratarlo tomando en cuenta la inminente bancarrota de la empresa. Amadeo llamó la atención por su reconocida reputación como preparador de motores. Se le contrató al año siguiente, colocándolo al frente de una recién creada división de motores potenciados los cuales el fabricante pretendía lanzar al mercado como parte de una estrategia con la que se buscaba la recuperación de la firma; dicha estrategia prontamente rindió sus primeros avances positivos luego de que Gordini sin perder tiempo pusiera manos a la obra.

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Las condiciones que cumplió Gordini

Cuando se contrató a Gordini, Renault le impuso una serie de condiciones, dentro de las que se estipulaba la creación de un pequeño coche que equiparía un motor de 4 cilindros que no superara el litro de cilindrada, además de una transmisión manual de 4 velocidades. Gordini eligió como vehículo base para llevar a cabo este proyecto el Renault Dauphine, ya que este ofrecía algunas de las características necesarias para que Gordini o como también era apodado "Le Sorcier", cuyo significado en francés era "el brujo", hiciera su magia, una carrocería tipo sedan de 4 puertas que ubicaba el motor en la parte trasera del coche.

Una vez que Gordini inició la preparación del motor Ventoux que equipaba de serie el Dauphine, cuya capacidad inicial era de 845 cm3 y unos 26 caballos de poder, procedió a reemplazar algunos componentes mecánicos tales como la culata, los colectores, el carburador y reformular nuevamente la caja de cambios, logrando agregar una marca adicional pasando de tener solo tres velocidades a 4; de esta manera se lograron extraer unos 37 caballos de potencia netos, superando por mucho otra de las condiciones impuestas por Renault, la que expresaba que debería de ser capaz de extraerle a estos motores entre 8 y 10 caballos extras, y si lo lograba, la empresa se comprometía a homologar estos vehículos.

En vista del éxito obtenido luego de la presentación del Dauphine potenciado por Gordini, Renault le propone al preparador la extensión de su contrato y le ofrece un nuevo proyecto, además los francos le presentaron la propuesta de convertir su firma en una oficina técnica de colaboración para que luego él se comprometiera a elevar el número de unidades potenciada, venderlas y seguir sumando dinero a cambio. La historia cuenta que la permanencia de Gordini benefició ampliamente a los galos, ya que contaron con su colaboración en el desarrollo de nuevos proyectos, y también potenció algunos de sus modelos futuros. Debido al éxito obtenido en las ventas del Dauphine, Renault puso en la mesa otro proyecto, el cual consistía en realizar el mismo proceso de potenciación en la versión de lujo del Dauphine mejor conocida como Ondine.

La historia del Renault 8 Gordini

Adiós a la relación con los franceses

La recuperación económica de Renault fue notable gracias a la intervención de Gordini y, aunque el fabricante no contaba con un departamento propio de competición, siempre tenía a disposición los conocimientos de Gordini para ofrecer a los clientes nuevas alternativas que mejoraran las prestaciones de sus vehículos. Pocos años después Renault creó el departamento deportivo en donde forma una alianza con Alpine dejando de lado los servicios de Gordini, finalizando también la producción de la última creación de Gordini, el Dauphine Gordini 1093, el cual se pensó exclusivamente para la competición; este modelo ofrecía 55 caballos de fuerza, superando de forma notable los 40 caballos entregados por el Ondine. El Dauphine Gordini contaba con un carburador Solex invertido y bomba de aceleración.

La historia del Renault 8 Gordini

Es bueno recalcar que las creaciones de Gordini cuentan con una particularidad estética que los caracteriza y está relacionada con el decorado de la carrocería ya que estas generalmente venían pintadas en color azul y dos líneas blancas ubicadas en el lado izquierdo que recorrían el coche desde el capo hasta la tapa trasera de su motor. Solo se produjeron 2140 unidades del Dauphine Gordini 1093, y dicha producción estuvo limitada prácticamente al ámbito de la competición en donde obtuvo importantes triunfos como el Rally de Córcega de 1962.

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