La contaminación es un tema que nos concierne a todos, basta con ver los niveles alarmantes que ha venido alcanzando para darnos cuenta de que nuestro planeta está pidiendo auxilio a gritos. En muchos países del mundo las cifras que reflejan la contaminación han alcanzado niveles extraordinarios causando estragos entre sus habitantes; lugares como la India, Japón, China, e inclusive Latino América como Brasil, Venezuela, Colombia, entre otros, registran límites muy altos, a tal punto de que ya se observan enfermedades provenientes de la contaminación en las aguas, el aire, los alimentos etc. La contaminación no tiene preferencia o status social, simplemente nos afecta a todos por igual.
Existen muchas maneras de contaminar nuestro ambiente, y la primera de ellas dependerá de nosotros mismos. Nuestra conciencia nos debe dictar qué hacer y qué no desde que estamos en nuestros hogares. No verter desechos con líquidos que puedan contaminar nuestras aguas, evitar usar los famosos aerosoles que destruyen la capa de ozono, no producir contaminación sónica con nuestros coches, música, mediante el uso de equipos de sonido, etc. Serán parte del buen vivir, pero sobre todo, del respeto hacia los demás y hacia nuestro querido planeta tierra.
En el mundo automotriz ocurre algo similar, es decir, debemos de seguir todas las recomendaciones que siempre se dan por los diferentes medios de comunicación. Es por ello que lo primero que recomiendan es mantener al día el motor de nuestro coche, en este caso, para reducir los niveles contaminantes que salen del motor. Un propulsor al día contaminará menos, sin importar si es impulsado a gasolina o diésel. Sin embargo, desde hace mucho tiempo existe la interrogante sobre cúal de los dos motores contaminará mucho más, en este caso, el tipo diésel o los impulsados a gasolina.
Lo que también nos atañe
Vale la pena destacar que ambos motores son contaminantes, solo que talvez uno sea menos contaminante que el otro. Si hablamos de motores nuevos, recién sacados de la fábrica, lo más seguro es que los niveles de contaminación sean mínimos; pero si hablamos de propulsores que ya tienen cierto tiempo rodando las cifras negativas aumentan. Para saber cuánto pudiera contaminar nuestro motor valdría la pena preguntarnos, ¿con qué frecuencia le hacemos mantenimiento a nuestro motor? ¿Somos de aquellas personas descuidadas que solo asisten al mecánico cuando nuestro motor ya no puede más? Si entramos en ese grupo probablemente seamos de aquellos que contaminan más de la cuenta.
Diésel contamina más
Pues bien, la historia señala a los motores diésel como principales culpables de la contaminación ambiental, sin embargo, luego de varios estudios se comprobó que los motores diésel contaminan más que los impulsados a gasolina, pero son más económicos en cuanto a consumo, de hecho, con el pasar de los años ha crecido el número de ventas de coches impulsados por este combustible; pero como todo tiene su final, la fecha de caducidad de ambos tipos de motores está próxima, aunque se estima que los movidos por el diésel desaparezcan mucho antes. La tecnología diésel entró en una especie de lista negra dentro del mundo automotriz debido a los daños que han producido en nuestro ecosistema.
Los motores diésel emiten más partículas contaminantes que los otros motores. Sin embargo, gracias a los avances y adelantos hoy estas máquinas poseen filtros y ciertos adelantos que de alguna manera reducen los niveles nocivos. Por otro lado, las unidades de potencia a gasolina producen más dióxido de carbono, un residuo que generalmente está muy ligado con el efecto invernadero ya que su contaminación en la atmósfera es muy prolongada. El dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión vienen a ser los principales contaminantes en los motores diésel, mientras que el CO2 es el agente principal en el caso de la gasolina.
Más perjudiciales para la salud
Las principales autoridades de la salud en el mundo llegaron a la conclusión que los efectos que producen en el cuerpo humano los motores que trabajan con diésel son más perjudiciales para los seres humanos y provocan problemas más graves. Ya en algunos países se tienen fechas definitivas para que se dejen de producir este tipo de motores, inclusive, muchas ciudades ya prohibieron la circulación de los coches diésel cuyos niveles contaminantes superen los permitidos. Las multas y castigos si se desobedecen estas reglas serán multas muy costosas o hasta algunos años de cárcel.
La prohibición abarca hasta el 2006
Los principales coches con motores diésel a los cuales se las ha venido prohibiendo la circulación en algunas ciudades son los que se corresponden a los años 2006 hacia atrás. Las normativas de la EURO se han venido intensificando. Primero fue en el 2006, cuando se puso en marcha la EURO 4, y ahora, con la introducción de la EURO 6 los fabricantes han sido muy cuidadosos para no infringir con las leyes y evitarse multas mil millonarias como las ocurridas con la marca Volkswagen, cuando explotó el escándalo del DieselGate en el año 2015, tiempo en que los germánicos debieron cancelar más de 17 millones de dólares.
El gasóleo es un combustible más denso y cuyo proceso es menos refinado que la gasolina, es por ello que termina siendo más contaminante que la propia gasolina. Otro detalle que tomar en cuenta es que el ciclo de combustión en los motores diésel es menor, y debido a esto quedan más elementos sin quemar que producen más contaminación. Actualmente los propulsores de diésel cuentan con filtros y tecnología que reducen drásticamente la contaminación, algo que alarga, por así decirlo, la vida de estas maquinarias.
Buscan adecuarse a los nuevos tiempos
Con todo la vida de ambos motores ya tiene un tiempo de caducidad, y se estima que en pocos años los motores con tecnología eléctrica se apoderen de las calles de todo el mundo. Las empresas buscan desesperadamente actualizar sus sistemas y adecuarse a los nuevos tiempos con la firme intención de eliminar la contaminación producida por los automóviles en todos los países del globo terráqueo.
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