Si hay algo que queda claro después de revisar los datos de mayo de 2025, es que el mercado del automóvil español está viviendo su mejor momento desde que la pandemia nos fastidió la fiesta. Con 112.820 turismos matriculados y un crecimiento del 18,6% respecto al año pasado, parece que los españoles han decidido que ya era hora de cambiar de coche.
Los eléctricos ya no son cosa de pocos
Uno de los principales motores del crecimiento, valga la redundancia, han sido los vehículos electrificados. Mayo ha sido histórico: se vendieron 21.861 unidades entre eléctricos puros e híbridos enchufables, lo que supone un salto del 138% interanual. Sí, has leído bien: 138%.
Para que te hagas una idea de la magnitud del cambio: ahora 1 de cada 5 coches que se venden en España es electrificado. La cuota de mercado ha alcanzado el 19,4%, un récord absoluto que demuestra que la transición energética ya no es una promesa de futuro, sino una realidad del presente.
El reparto del botín eléctrico
Los datos son tan buenos que casi da vértigo:
- Eléctricos puros (BEV): 8.965 unidades (+104,7%)
- Híbridos enchufables (PHEV): 12.896 unidades (+169,9%)
En el acumulado del año, los electrificados ya suman 77.562 unidades, un incremento del 71,8% que indica que este no es un espejismo, sino una tendencia consolidada.
Los reyes del asfalto: quién vende y quién compra
En el ranking de los más vendidos, Dacia sigue siendo el rey de la fiesta con su Sandero (4.063 unidades), seguido del Renault Clio (2.588) y del MG ZS (2.481). Tres coches que demuestran que, pese a todo el ruido mediático sobre los eléctricos, todavía queremos coches asequibles y prácticos.

Por marcas, Toyota se lleva la corona con 9.401 unidades vendidas, seguida de Volkswagen (7.439) y Renault (6.994). En el universo eléctrico, el Citroën ë-C3 fue el más vendido con 576 unidades, seguido del Tesla Model Y (535) y el Kia EV3 (512).
El diésel está en las últimas (y no precisamente por nostalgia)
Mientras los eléctricos celebran, el diésel vive sus horas más bajas. Con solo 5.860 unidades matriculadas en mayo (-40% interanual), se ha quedado con una cuota del 5,2% y ocupa ya la sexta posición entre las motorizaciones. Para que te hagas una idea: hasta los coches de gas le han adelantado.
Los híbridos convencionales también han sufrido, con una caída del 13,3% interanual, aunque siguen siendo una opción popular para quienes no se atreven todavía con el enchufable.
Tesla pierde fuelle a causa de Elon Musk
Ojo, que no todo es champán y confeti en el mundo eléctrico. Tesla, que durante años fue sinónimo de coche eléctrico premium, ha experimentado una caída del 29% en sus ventas en España durante mayo. España no parece ajena a las polémicas de Elon Musk, como sucede en el resto de países europeos.
El contexto que lo explica todo
Este boom no surge de la nada. España está viviendo un momento económico relativamente dulce: el desempleo bajó en mayo en 57.835 personas, situándose por debajo de los 2,5 millones por primera vez desde julio de 2008. Cuando la gente tiene trabajo, compra coches. Es así de simple.

Además, las ayudas del plan Reinicia Auto+ han dinamizado especialmente las ventas en la denominada "Zona DANA", demostrando que los incentivos públicos, cuando están bien diseñados, funcionan.
Los deberes pendientes
Pero no nos volvamos locos. España aún tiene retos importantes para consolidar esta transición eléctrica. La infraestructura de recarga sigue siendo insuficiente y desigual entre regiones, y las ayudas del Plan Moves 2025 necesitan una implementación más ágil si queremos mantener este ritmo.
Como dice Félix García, director de comunicación de ANFAC: "El mercado nacional sigue en una muy buena racha (...) Es una noticia positiva que las ventas mantengan este ritmo". Y es que llevamos nueve meses consecutivos de crecimiento, algo que no veíamos desde hace tiempo.
¿Qué nos espera?
Con este ritmo, España podría superar fácilmente el millón de matriculaciones al cierre de 2025, algo que sería todo un hito después de los años de sequía post-pandemia. El auge de los electrificados y las políticas de incentivo serán las claves para mantener esta dinámica positiva.
Lo que está claro es que mayo de 2025 pasará a la historia como el mes en que los españoles demostramos que estamos listos para la revolución eléctrica. Ahora solo falta que la infraestructura y las ayudas acompañen a este cambio de mentalidad. Porque al final, cambiar de coche sigue siendo una de las decisiones más emocionantes que podemos tomar.