En un momento de crisis como el actual, donde la escasez de elementos y productos ha sido la nota discordante de un sector que no ha terminado de remontar, poco a poco nos encontramos con empresas que han recuperado sus previsiones de crecimiento en un año en el que se preveía la mayor crisis de la automoción en los últimos años. Bajo esta premisa, Renault ha encontrado una mejora significativa de la rentabilidad con un 4,7% del margen operacional y una reducción neta de la deuda hasta situarse en 426 millones de euros.
Por otra parte, cuentan con un resultado neto de negocio de 657 millones de euros, 458 millones de euros más que en el mismo periodo de 2021. Por su parte, la deuda neta se reduce en 1200 millones respecto al 31 de diciembre de 2021, que corresponden a 522 millones de la cesión de la actividad en Rusia.
Su éxito en todo el continente europeo se sitúa principalmente en los pedidos del nuevo Renault Arkana, que cuenta con más de 100.000 pedidos. En el caso del nuevo Renault Megane E-Tech 100% eléctrico, cuenta con un lanzamiento de más de 25.000 unidades reservadas, de las cuales, un 75% es en el tope de gama.
Desde Renault han indicado que la crisis de los semiconductores ha afectado a alrededor de más de 300.000 vehículos, pero eso no ha supuesto una gran crisis en el grupo, que prevé una perspectiva financiera con un margen operacional superior al 5% y un free cash flow de más de 1.500 millones de euros. La cifra de negocios del Grupo alcanzó los 21.121 millones de euros, un 0,3% más que en el 1º semestre de 2021. A tipos de cambio constantes, aumenta un 1,1% (efecto de tipo de cambio negativo relacionado principalmente a la devaluación de la Lira turca).
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