Imagínate planificar tus próximas vacaciones y descubrir que ya no puedes alquilar un coche de gasolina en toda Europa. Suena a ciencia ficción, pero la Comisión Europea tiene otros planes. Según fuentes del diario alemán Bild, Bruselas está cocinando a fuego lento una propuesta que podría cambiar para siempre el panorama del alquiler de coches en el continente.
¿Qué está pasando exactamente?
La idea es tan simple como radical: desde 2030, las empresas de alquiler como Sixt, Europcar, Avis o Hertz solo podrían comprar coches 100% eléctricos. Nada de híbridos, nada de diésel, nada de gasolina. Una medida que adelantaría cinco años la fecha límite ya fijada para particulares en 2035.
Pero tranquilo, aún no hay nada escrito en piedra. La propuesta sigue siendo un borrador que la Comisión pretende presentar formalmente a finales del verano de 2025. Después tendría que pasar por el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros. Y ahí es donde la cosa se pone interesante.
Los números que hacen temblar a la industria
Para entender el alcance de esta movida, hay que echar un vistazo a las cifras. Resulta que aproximadamente el 60% de los coches nuevos en la UE se matriculan a empresas o alquiladoras, frente a un 40% comprados por particulares. Solo las alquiladoras representan en torno al 20% de las matriculaciones en Europa.
Y aquí viene lo más llamativo: la vida útil de un coche de alquiler es corta, de uno a dos años de media antes de ser renovado. Esto significa que si desde 2030 solo se compran eléctricos, ya en 2032 o 2033 prácticamente todos los vehículos de alquiler en circulación serían eléctricos.
El efecto dominó
La medida tendría un impacto enorme adelantando la transición: antes de 2035 las ventas de coches de combustión caerían drásticamente, al quedar vetados en más de la mitad del mercado a partir de 2030. Es como si te dijeran que la fiesta se acaba antes de tiempo para los motores tradicionales.
Las buenas intenciones de Bruselas
Desde la Comisión Europea defienden que la medida forma parte de las iniciativas para reducir las emisiones de CO₂ del transporte y apoyar la industria automovilística europea en su transformación. Las flotas de empresa y alquiler son vistas como un objetivo estratégico: al renovarse con frecuencia y en gran volumen, pueden actuar como palanca para popularizar el vehículo eléctrico.
Según organizaciones ecologistas como Transport & Environment (T&E), una ley de electrificación de flotas podría garantizar la demanda de 2 millones de coches eléctricos adicionales en 2030. Además, aceleraría la llegada de vehículos eléctricos de segunda mano al mercado: casi 7 millones de eléctricos asequibles entrarían en el mercado de ocasión para 2035.
La rebelión de los fabricantes alemanes
Pero no todo el mundo está cantando aleluyas. La Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA) se opone frontalmente. Su presidenta, Hildegard Müller, señaló que "nuevos requisitos como la obligación de coches eléctricos demuestran que en Bruselas no ha calado la necesidad de mejorar las condiciones de infraestructura".
El eurodiputado bávaro Markus Ferber ha sido aún más directo, calificando el objetivo de 2030 de "irrealista" y advirtiendo que obligar a comprar eléctricos solo llevaría a que las empresas los adquieran "solo para cumplir la cuota" más que por verdadera demanda.
El gran dilema alemán
Friedrich Merz, líder de la oposición alemana, ha puesto el dedo en la llaga afirmando que la propuesta "no responde en absoluto a las necesidades actuales de Europa". Su argumento es contundente: no podemos permitir que nuestra industria se destruya por centrarnos en tecnologías que quizá no estén listas en una fecha fija.
Las empresas de alquiler: "¡Que alguien pare esta locura!"
Si los fabricantes están nerviosos, las empresas de alquiler están directamente en pie de guerra. Nico Gabriel, director general de Sixt, ha sido cristalino: una imposición así "no tiene sentido" en las condiciones actuales.
Su argumento es lógico: mientras no haya suficientes cargadores accesibles y rápidos, muchos clientes seguirán sin ver viable alquilar un eléctrico para sus viajes. Gabriel prevé que si se obliga al 100% eléctrico, "los turistas ya casi no usarán coches de alquiler".
La experiencia del pasado
Y es que las alquiladoras ya han intentado introducir coches eléctricos en sus flotas en los últimos años, pero se han topado con la realidad del mercado. Muchas invirtieron en centenares de Tesla y otros eléctricos, pero la escasez de infraestructura de carga y la preferencia de los usuarios por motores tradicionales hicieron que tuvieran que reducir la proporción de eléctricos en flota.
Richard Knubben, director de la federación europea Leaseurope, opina que en Bruselas "se está legislando por convicción, no por hechos", señalando que la decisión parece ideológica más que basada en datos objetivos.
¿Y ahora qué?
La propuesta representa un caso de manual en el equilibrio entre clima e industria. Por un lado, responde a la urgencia climática y podría situar a Europa a la vanguardia de la movilidad sostenible. Por otro, hacerlo demasiado rápido podría descarrilar a sectores enteros que aún se están adaptando.
Esta resistencia política y empresarial hace pensar que la propuesta enfrentará un camino muy complicado. De hecho, analistas señalan que ni la Comisión, ni el Parlamento Europeo, ni los gobiernos tienen hoy por hoy una mayoría clara para aprobar una intervención tan profunda en el mercado.
Posibles soluciones de compromiso
No sería sorprendente que, de avanzar, se introdujeran plazos más flexibles o excepciones para ciertos vehículos. Por ejemplo:
- Objetivos intermedios: 75% eléctricos en 2027
- Excepciones regionales: zonas con pobre infraestructura
- Incentivos económicos: para empresas más pequeñas
- Flexibilidad tecnológica: inclusión de combustibles sintéticos
El futuro de nuestras vacaciones
Al final, el debate ya está servido. ¿Veremos desaparecer los coches de alquiler de gasolina antes incluso que los particulares? La intención de Bruselas está clara, pero la última palabra la tendrán los estados miembros y el Parlamento Europeo.
Habrá que seguir de cerca los próximos meses, pues de esta decisión depende en buena medida cómo viajaremos en nuestras vacaciones dentro de cinco o diez años: si buscando gasolineras... o enchufando el coche de alquiler en cada parada del camino.
Mientras tanto, es posible que sea buen momento para familiarizarse con las apps de cargadores. Por si acaso.