La cúpula del Grupo Volkswagen está estudiando hoy viernes la primera serie de recortes con las que afrontar las consecuencias de la polémica Dieselgate, el escándalo de la falsificación de emisiones de NOX y CO2 descubiertas desde septiembre. Entre las primeras medidas la más llamativa, dada su magnitud, es el más que posible cierre de la factoría donde se ensambla el Phaeton.
El pasado ejercicio fiscal, 2014, del Phaeton apenas se vendieron poco más de 4.000 unidades en todo el mundo.
Dresden
La planta es toda una joya arquitectónica con numerosos paramentos de cristal, para que los clientes puedan ver las últimas etapas del proceso productivo del modelo, de hecho, gracias a sus particulares formas es empleada incluso para eventos como operas o conciertos, y actualmente acoge hasta 500 empleados, encargados tan solo de fabricar el sedán de lujo, a un parsimonioso ritmo de 8 unidades a la semana. Lo que suma un inmenso gasto completamente superfluo para las necesitadas de efectivo arcas del Grupo, que se enfrenta a numerosas multas y llamadas a revisión.
Si bien, damos como retrasado indefinidamente la nueva generación del Phaeton ya que la empresa declaró hace unos meses que estaba concluida, pero cuyo lanzamiento comercial había sido pospuesto para poder capitalizar la primera generación del modelo. Actualmente la empresa asegura que el siguiente Phaeton no llegará hasta el final de la década y como modelo completamente eléctrico, al modo del Tesla Model S, una berlina altamente tecnológica y de alto precio, sin motor de combustión.
La producción actual del Phaeton sería trasladada a otras factorías del Grupo, donde también se ensamblan modelos de otras marcas, como Audi o Porsche, según informan algunos medios alemanes.
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