¿Cuántas veces te has subido al coche con tu peludo copiloto sin pensar dos veces en cómo llevarlo? Pues ojo, porque la cosa va en serio. La DGT tiene algo que decir sobre esto, aunque, entre tú y yo, parece que ni ellos mismos lo tienen del todo claro.
La normativa sobre llevar a nuestros perros en el coche tiene más lagunas que el Mar Menor, y muchos conductores acaban metiendo la pata sin saberlo. Te cuento los detalles para que no te pillen desprevenido.
Lo que realmente dice (¿o no dice?) la DGT
Vamos al grano: la DGT nos pide que llevemos a los animales "bien sujetos" para que no nos den un susto mientras conducimos. Pero ahí se queda la cosa. No especifican qué demonios significa "bien sujetos" ni qué sistemas tenemos que usar. Y luego se extrañan de que la gente vaya despistada.
Esperábamos que la famosa ley de bienestar animal de 2023 arrojara algo de luz sobre este asunto, pero parece que tampoco se mojaron demasiado. Seguimos igual de perdidos.
Errores que te pueden salir por un ojo de la cara
El error más típico (y que vemos a diario) es llevar al perro suelto campando a sus anchas por el coche. Ojo con esto: te puede costar hasta 200 eurazos por saltarte el artículo 18 del Reglamento. Y lo que es peor, en caso de frenazo, tu amigo peludo se convierte en un misil de varios kilos. No hace falta ser Einstein para imaginar las consecuencias.
Otro clásico es comprar esos arneses cutres de un solo enganche que, sinceramente, sirven para poco más que para adornar al perro. Si hay un impacto, el pobre animal puede sufrir lesiones brutales.

Y si se te ocurre la brillante idea de llevar al perro en tu regazo mientras conduces, prepárate para una multa de 500€ y una bonita resta en tu carné de puntos. ¿De verdad merece la pena?
¿Cómo llevarlo para no arruinarte ni lamentarlo?
Aunque oficialmente no hay sistemas obligatorios (gracias por la claridad, DGT), los que saben del tema recomiendan:
- Arneses de doble anclaje: Se enganchan al cinturón por dos puntos y reducen el riesgo de lesiones. Nada de esos arneses cutre-salchichas de un solo enganche.
- Transportines: Geniales para peques y medianos. Colócalos entre los asientos, no bailando por ahí. Si tu perro es un mastín o similar, al maletero con él (pero en transportín, no suelto como si fuera equipaje).
- Barreras divisorias: Perfectas si tienes un SUV o familiar, pero combínalas con un transportín para dormir más tranquilo.
Consejos de sentido común que muchos ignoran
- Para cada dos horas: Tu perro no es un cactus. Necesita estirar las patas, beber agua y hacer sus cosas.
- Nada de festines pre-viaje: A menos que quieras estrenar la tapicería con vómitos caninos.
- NUNCA lo dejes solo en el coche: En verano, el interior de un coche puede convertirse en un horno en cuestión de minutos. Y en invierno tampoco es plan.
- Charla previa con el veterinario: Sobre todo si tu perro es propenso a marearse o si el viaje es largo. Hay trucos y medicamentos que pueden hacer el trayecto mucho más llevadero.

En resumidas cuentas...
La DGT nos deja bastante vendidos con sus normativas ambiguas sobre cómo llevar a nuestros perros. No hay reglas claras, pero sí multas muy concretas. Así que, por tu seguridad, la de tu mascota y la de tu bolsillo, más vale que vayas bien preparado.
Un arnés decente o un buen transportín son inversiones que merecen la pena. Al final, no solo evitarás disgustos con los agentes, sino que también protegerás a tu compañero de cuatro patas. Y eso, amigo mío, no tiene precio.