¿Y ahora, qué?
La muerte de un personaje de esta talla es un fenómeno no sólo social. La economía también se resiente, las acciones pueden llegar a desplomarse o subir como la espuma. Y en GP2, como hijo predilecto del negocio que es la F1, puede ser una bomba de dimensiones desconocidas.
El equipo cambiará de manos sobre el papel, y puede pasar de ser uno de los equipos más influyentes por la apuesta que hicieron en 2013 a ser un equipo de la zona baja, dependiendo de las ganas del heredero del equipo a la hora de perseguir el sueño de Igor.
Lo que está claro es que es un punto de inflexión bastante gordo, por así decirlo. El futuro en teoría debe seguir ligado a la competición, pero se desconoce ahora mismo lo que vendrá. ¿Seguirá teniendo RUSSIAN TIME su momento de gloria en el motorsport o se verá salpicado de juicios por la herencia? Por el momento, sólo nos queda trasladar el pésame a la familia, amigos y trabajadores del equipo.
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