Imola recoge la decimoquinta prueba del calendario de MXGP, en un fin de semana decisivo para aquellos pilotos que quisieran acercarse a la corona, especialmente para dos: Jorge Prado y Tim Gajser.
MX2
El segundo holeshot de MX2 volvió a manos de Jorge Prado que, preparado para hacerse con su segundo título en la categoría, encabezó la última prueba de Imola. Por detrás encontrábamos a Geerts, Olsen y Larrañaga, quienes tras la segunda caída de Tom Vialle, emprenderían su lucha por el título. Mientras tanto, el piloto galo abandonaría urgentemente el circuito tras recibir un golpe en la cabeza. Tras implantar Jorge Prado una ventaja de más de 6 segundos sobre sus oponentes, la lucha por la segunda posición quedaría en manos de Olsen, Vlaanderen, Renaux y Geerts. Una caída de Vlaanderen daría a sus perseguidores pase libre hacia el cajón de honor, dejando un podio formado respectivamente por Jorge Prado, Olsen y Vlaanderen.
MXGP
Al igual que Prado, Gajser aterrizó en Italia acariciando el título de Campeón del Mundo. Para ello, solo necesitaba 13 puntos para implantar su bandera en la corona. Con estas premisas, la arena de Imola daba comienzo a la primera manga de la categoría reina. Tonus se adueña del primer holeshot de MX, liderando un grupo delantero en el que encontrábamos a Paulin, Coldenhoff, Gajser y el letón Jonass. Comienza el duelo entre Gajser y Paulin, capaz de robar el interés de la afición de Imola. Minutos después, la tensión se multiplica en la arena italiana y Coldenhoff se pone líder por delante de Paulin y Gajser. Con menos de un segundo de ventaja, son cuatro los aspirantes a la victoria. Sin embargo, será Gajser el afortunado, convirtiéndose automáticamente en el Campeón del Mundo de MXGP.
Ya con un nombre bordado en la corona comenzaba la última prueba de Imola tras un holeshot de Coldenhoff. Sin embargo, los registros de Seewer, Searle y Gajser no le pondrían nada fácil el liderato al de KTM. Dispar suerte correría Tonus, quien se fue al suelo durante los primeros minutos de prueba. De la misma manera ocurría en Simpson y Bogers, asegurando un adelantamiento significativo de sus rivales. Mientras tanto, Coldenhoff mostraba caso omiso a las amenazas de sus perseguidores implantando una ventaja de más de diez segundos, lo que hizo enloquecer al grupo delantero. A ritmo de vuelta rápida se proclamaría vencedor de la prueba, por delante de Gajser, Seewer y Paulin.
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