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Suzuki, más fuerte que nunca

Esta temporada promete ser la más fuerte para los de Hamamatsu, apostando por la juventud de Rins y Mir.

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Suzuki, más fuerte que nunca

Es cierto que Suzuki ha ido decayendo con los años y es la marca más limitada de las que son oficiales fuertes en MotoGP, pero poco a poco esto ha ido cambiando. Son muchos los nombres que han llevado a todo lo alto a la marca de Hamamatsu, y muchas nacionalidades, pero actualmente la promesa de la marca nipona está bajo la bandera española con Álex Rins y Joan Mir.

Cinco campeones en los 70, 80 y 90

El primer campeón de Suzuki fue el británico Barry Sheene, durante dos años consecutivos. 1976 y 1977 fueron sus años en punto álgide, dándole los dos primeros títulos a la firma fundada en Japón. El tercer campeonato tuvo que esperar hasta el año 1981, cuando Marco Lucchinelli salió glorioso para también brindárselo a Italia, su país. Al año siguiente fue Franco Uncini el campeón de los azules, también italiano.

Finalmente, se abría una nueva década, y con ello una nueva nacionalidad le daba la gloria a la firma asiática. Esta vez fue en el 1993, cuando Kevin Schwantz se coronaba con Suzuki 11 años después de que lo hiciera Uncini. Llegamos al último año en el que se proclamaron campeones, gracias a las hazañas que hizo Kenny Roberts junior en el año 2000. Hace exactamente 19 años que Suzuki no gana un campeonato, y con los datos recogidos desde su vuelta al mundial de motociclismo en 2015, puede que estén más cerca de lo que creemos de volver a vencer en el campeonato.

Suzuki, más fuerte que nunca

España y Suzuki: el dúo perfecto

Sete Gibernau fue el primer español en estar en Suzuki tras su último mundial, durante la temporada del año 2002. Posteriormente, en 2004 confiaron en Gregorio Lavilla y seis temporadas después, 2010 y 2011, fue Álvaro Bautista el encargado de correr bajo la bandera española en la firma nipona, aunque abandonaron el mundial tras eso. No obstante, 2015 fue la campaña retorno para los azules, que esta vez apostaron por un tándem español que les ayudaría mucho en el desarrollo: Aleix Espargaró y Maverick Viñales.

2016 fue la mejor temporada para ellos después de volver a competir en motociclismo, ya que Viñales les dio la victoria en el GP de Gran Bretaña, concretamente el trazado de Silverstone. Fue increíble que ganara una Suzuki frente a motos tan poderosas como Honda o Yamaha en aquel tiempo, además de que la fábrica llevaba sin subir al cajón más alto del podio desde 2007 con Chris Vermeulen en Le Mans. Junto con esta victoria, en ese año Maverick llevó hasta el podio a su equipo un total de 3 veces más en Le Mans, Motegi y Phillip Island.

Cambio radical: de Viñales a Rins, de Espargaró a Iannone

Está claro que 2017 no estuvo ni siquiera cerca de estos resultados tan positivos, ya que, por un lado, Rins era rookie -sumándole que fue un año repleto de lesiones para el de Valdealgorfa-, pero sí que sorprendió con ciertos finales en carrera como el cuarto puesto de Valencia o el quinto en Japón. Por su parte, Andrea Iannone también se guardó un cuarto puesto en la carrera de Motegi, y tras eso las sextas plazas de Australia y Valencia.

Al año siguiente, los de Hamamatsu sí llegaron a subir al podio. Nada más y nada menos que 9 podios a lo largo de las 18 carreras del calendario de MotoGP fueron capaces de hacer entre Rins y Iannone; cuatro y cinco cajones de honor respectivamente. Las grandes cosechas hicieron que Suzuki quedara sin concesiones esta temporada, lo cual es negativo y positivo a la vez, ya que no tendrán días de test ilimitados, sino que los tendrán como las grandes firmas como Honda, Yamaha y Ducati.

Suzuki, más fuerte que nunca

Joan Mir, la novedad y aire fresco

Con la marcha de Iannone a Aprilia, el equipo cuyo mánager es Davide Brivio quiso ofrecer a Joan Mir la posibilidad de subir a la categoría reina. El campeón de Moto3 en 2017 aceptó, ya que quería ascender lo más rápido posible y la adaptación a Moto2 le terminó costando poco, por eso subió al podio en cuatro ocasiones en la clase intermedia. El mallorquín, que debutó en el mundial en 2015, ya ha probado su moto en cuatro ocasiones (test oficiales), y siempre ha rondado las posiciones al límite de los puntos en cuanto a tiempos, pero habrá que ver cómo actúa en carrera.

Sin embargo, el encargado plenamente del desarrollo de la moto ahora es Álex. Con dos temporadas de experiencia en MotoGP y en el mismo equipo, Brivio y los suyos ponen la mano en el fuego por él. Ya ha rodado muy rápido en los test, siendo Qatar el trazado que se le ha dado mejor. Con un 1:54.593 se colocó tercero en la combinada estando también entre los pilotos con mejor ritmo, aunque lo dicho, todo tendrá que verse en carrera. A pesar de ello, no hay duda en que Rins estará entre las primeras posiciones luchando por el podio e incluso por ganar.

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