La temporada 2018 del Campeonato del Mundo de MotoGP fue la peor para la marca de Iwata, Yamaha, superando número de carreras que habían estado sin lograr la victoria. Para 2019, la marca había preparado un nuevo propulsor con el que, a priori, se resolvían los problemas que sufría la M1 desde 2017; año de llegada de Maverick Viñales a las filas del equipo oficial de Yamaha. Los problemas de la M1 frustraron el buen inicio tanto de Viñales que encabezó la pretemporada y el inicio de la campaña 2017, como el de Valentino Rossi. Al igual sucedía en 2018, donde se veía el declive de una de las marcas que ha optado al título en los últimos años.
Ambos pilotos se decantaron por la opción de motor más parecida a aquella Yamaha de 2016, que contaba con un poco más de freno motor. Tras los test Viñales se mostraba optimista pero el italiano en su opinión cree que todavía hay que trabajar ese propulsor para que sea como esperan: "Creo que los problemas que teníamos con la moto siguen allí porque el carácter no ha cambiado con el motor nuevo. Hay que mejorar", comentaba el de Tavullia, quién cree que su compañero es muy optimista pero hay que trabajar aún: "Me gusta el optimismo de Maverick, pero primero hay que resolver los problemas y después, decirlo. Él en los test siempre va muy rápido".
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