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GP DE ARGENTINA 2019

Vuelta al Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo

Reconoce con nosostros el trazado argentino que acogerá la segunda cita del año de MotoGP.

Antón Quintiá

25 marzo 2019 15:08

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Vuelta al Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo

El mundial de MotoGP cruza esta semana el Océano Atlántico para viajar a Argentina, donde tendrá lugar el segundo Gran Premio del año. El Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo acogerá una vez más, y como viene siendo habitual desde la vuelta del país latino al calendario en 2014, la cita mundialista este fin de semana. La carrera de Argentina no podría haber coincidido mejor en el calendario; nido de polémicas (caída de las dos Ducati, toque entre Valentino y Marc, toda la problemática de 2018, la lesión de Pedrosa...), los ánimos aterrizan en Termas muy caldeados debido al tema del apéndice, el cual se resolverá antes del Gran Premio.

El moderno circuito, inaugurado en 2008, se caracteriza por sus abundantes curvas rápidas enlazadas, con espectaculares cambios de dirección por encima de los 170 km/h. El circuito cuenta con una longitud de 4.806 metros y 14 curvas y, como es habitual en los trazados del siglo XXI, tiene una recta trasera más larga que la de meta.

Vuelta al Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo

El mencionado rectilíneo principal es más bien corto, y los pilotos de MotoGP apenas llegan a engranar la quinta velocidad antes de frenar para entrar en la larga primera curva, de derechas, la cual se toma en segunda marcha para completar un giro de 180º. La salida de esta primera curva es rápida, subiendo a tercera para realizar el cambio de dirección y pasar por la curva dos, también de 180º, en segunda marcha. Rápidamente engranan tercera y tumban a la derecha para pasar por las cortas y abiertas curvas tres y cuatro, las cuales les llevarán a la recta de atrás. En esta recta, que supera el kilómetro de longitud, los pilotos llegan a engrana sexta velocidad para sobrepasar los 320 km/h antes de realizar una fuerte frenada que les permita tomar la curva cinco, de derechas.

Esta curva cinco, otra vez de 180º, se realiza en segunda marcha. A su salida, los pilotos deben subir hasta cuarta velocidad antes de entrar en la enlazada y rápida curva seis, de izquierdas. Es entonces cuando llegan a uno de los puntos más delicados del circuito: una frenada en apoyo, con cambio de dirección incluido, en la cual reducen a segunda para pasar por la abierta curva siete, que enlaza con la ocho (también de derechas). Una vez más, los pilotos se toparán con otro cambio de dirección, esta vez para tomar la curva nueve, de izquierdas, en segunda velocidad.

Vuelta al Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo

A la salida de dicha curva, suben a tercera para tomar las curvas enlazadas diez (de derechas) y once (de izquierdas). Esta última, larga y rápida, permite a los pilotos derrapar con el neumático trasero mientras suben a cuarta velocidad. Ya en el último sector, los pilotos de MotoGP deberán cambiar de dirección y realizar una fuerte frenada en una curva de doble vértice (la denominadas doce y trece), donde pueden llegar a engranar primera. Tras el paso por la curva trece, zona más lenta de todo el trazado, los pilotos deberán realizar un rápido cambio de dirección para pasar por el último vértice, la curva número catorce, que les devolverá a la recta de meta.

Como hemos visto, este es un circuito muy rápido, donde se rueda altas velocidades y con la moto tumbada la mayor parte del tiempo. Esto hace que sea habitual ver espectaculares derrapadas por parte de los pilotos de MotoGP, pero tiene como contrapartida que la conservación de las gomas resulta vital de cara a las últimas vueltas. Asimismo, el hecho de tener poco tiempo la montura recta hace que pilotar en mojado o con condiciones mixtas se vuelva una pesadilla. Esto, sumado a los constantes cambios de dirección, hacen de Termas de Río Hondo un circuito donde el físico cobra especial relevancia, sobre todo de cara al tramo final de la prueba. Con tiempos que por poco superan la barrera del 1:55.000, el circuito latino es uno de los más largos del calendario, un dato que será relevante de cara a las estrategias en QP (sobre todo en Moto3). Destacar, en último lugar, que en el hemisferio sur acaban de inaugurar la estación otoñal, lo cual puede dejar inoportunos aguaceros que pongan patas arriba el Gran Premio (como sucedió en la última edición). ¡Veremos que nos depara este GP de Argentina!

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