Buscar

STP 400

Matt Kenseth y un déja vú particular en Kansas

Matt Kenseth nos regalaba la segunda victoria del año. Misma estructura que en Las Vegas. ¿A la tercera la vencida para Kahne?

Matt Kenseth y un déja vú particular en Kansas

Matt Kenseth y un déja vú particular en Kansas

Más que un viaje en el tiempo, era la sensación que lo sucedido en Kansas se había soñado con anterioridad. De esos sueños premonitorios que te dejan un vacío un tanto pesado. Y aún pudimos recrearnos en lo que sucedió en el frío fin de semana en Kansas.

Un Toyota estaba en pole. Curioso como la superioridad mostrada por Ford en clasificación. Lo que claro, no puedes correr a ritmo de clasificación, como si rodaras solo -bueno, hay algunos que creen que si lo hacen- en una competición con un pelotón de cuarenta y trs coches. Aunque eso a Matt Kenseth no le importó en absoluto.

Vista al frente, soldado

Algunos describirían la superioridad del #20 de Joe Gibbs Racing como un paseo militar. Pero no, pese a que dominara aplacer durante casi la primera mitad de la octava cita de la temporada. Poco a poco iba mimando las gomas, no como un flojo Kyle Busch. Al #18 de Joe Gibbs no se le da precisamente bien esta pista, pues en la tarde anterior a la prueba de la Sprint Cup ya padeció el suplicio del asfalto engañoso de Kansas.

Ese reasfaltado es el que provocaba que las carreras en Kansas fueran famosas. Ya no era aburrido. Los pilotos ahora sufrían, a parte que en esta edición se había maximizado el problema del agarre debido a un bajón súbito de las temperaturas. Las gomas no respondían correctamente, y eso fue una de las causas a las que llamó Kyle Busch al atender a la prensa tras el incidente con Joey Logano.

"Las gomas estaban frías, así como el asfalto. Era muy complicado mantener el vehículo en pista" -declaraba el de Nevadada con aspecto cabizbajo-. "Ahora solo queda centrarse en Richmond" . Kyle Busch tiene una nueva oportunidad de escalar en la general, ya que se le dan bien los trazados cortos.

Mientras por detrás Joey Logano y Kyle Busch se amaban en pista - solo faltó la Kiss Cam en el momento del impacto del #22 contra el #18-, Matt Kenseth seguía impasible, con los neumáticos ventosa montados. No se movia en absoluto el Toyota, estaba hilando fino. Nadie le podía hacer sombra, hasta que los pit-stops en bandera verde y varias amarillas hicieron peligrar su victoria.

Matt Kenseth y un déja vú particular en Kansas

El segundo pulso

La parte final de carrera vio como dos coches enrojecidos se plantaban cara. A la vez que el #5 de Hendrick Motorsport, Kasey Kahne, y Kenseth se mataban con la mirada, destacar el gran papel de Jimmie Johnson. Iba pasito a pasito, aumentando a distancia con sus perseguidores en el campeonato. Con Kyle Busch fuera, no podía dejar pasar esa oportunidad, siendo la victoria cosa de dos.

Dos pilotos que se reencontraban en un trazado muy similar a las Vegas. ¿Curioso? Yo lo llamaría naturaleza del piloto. Al estar tan competida la NASCAR, se puede discernir con mayor facilidad a los hombres de los niños, a los especialistas en remontadas o a los rápidos a una vuelta. Kenseth y Kahne son suaves y, a su vez, agresivos. Saben que enseñar los dientes siempre puede hacertelos saltar, por eso atacan con la mirada.

A falta de séis vueltas, Kahne parecía alejarse definitivamente del Victory Lane. Kenseth había abierto hueco.... ¡Kahne se acerca peligrosamente a Kenseth, que toma la linea exterior! El #5 no quería que se repitiera la historia de los doblados. Sabía que era imposible que desaparecieran de delante, que se volatilizaran. Intentó aprovechar...¡Stewart beneficia a Kenseth con su rebufo y permite al de Joe Gibbs alcanzar la victoria definitivemente!

El segundo pulso de 2013, se lo llevaba Kenseth. Otra vez por los doblados. Unos metros que quizá fueran decisivos. Una repetición parcial de Las Vegas, que deja a Joe Gibbs y a Toyota como equipo más fuerte de lo que llevamos de campeonato. Estos últimos, ahora lideran la tabla de fabricantes. Aunque ojo, Chevrolet no se lo va a poner fácil. Aunque haya vuelto a ser de la misma forma que en Las Vegas, sólo se trataba de un déja vú, una casualidad. ¿O quizá no?

Artículos recomendados