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PRUEBA

Conducimos el nuevo Subaru Impreza WRX STI

Llega la segunda parte de la prueba hecha al STI. Sin duda, lo más importante es saber cómo se comporta este Subaru en acción.

Miguel Lorente

07 julio 2014 19:46

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Conducimos el nuevo Subaru Impreza WRX STI

Conducimos el nuevo Subaru Impreza WRX STI

Lo primero que debemos entender a la hora de subirnos en un Impreza WRX STI es que es un turismo fuera de lo común. Un coche destinado a la competición homologado para calle y, si se tercia, ir a la compra, de vacaciones con la familia o a la montaña a disfrutar de carreteras sinuosas que es donde mejor se comporta este Subaru.

Porque no nos engañemos: el STI es un vehículo tan cómodo y polifacético como deportivo y emocionante.

Ajustes y personificaciones de la conducción

Con tres modos de conducción disponibles según se seleccione en el mando "SI-Drive", encontramos el Intelligence [I], Sport [S] y Sport Sharp [S]#, que equivaldrían al mapa de la centralita en económico, deportivo y salvaje, hay que saber en qué momento seleccionar cada uno para sacar a cada uno el mejor partido.

Empezando por el más equilibrado, el Sport es aquel en el que el motor está siempre alerta pero bajo un comportamiento más civilizado, entrando el turbo de forma progresiva desde un régimen . Adecuado para desplazamientos ordinarios en los que sabemos que vamos a necesitar coger velocidad sin una celeridad extrema y sin despeinarnos (aunque con 300 CV de potencia y 407 Nm de par, es fácil que para pasar de 1ª marcha a 2ª pisando casi a fondo el acelerador nos incrustre contra los asientos, experiencia recomendable para entender la brutalidad que puede llegar a ofrecer este Impreza). Una vez cogida la velocidad máxima permitida, el régimen permitirá una media de consumo cercana o incluso inferior a los 10 litros (de gasolina de 98 octanos) a los 100 si se es constante y el tráfico no presenta complicaciones.

Si el trayecto incluyera largas secciones en llano y sin complicaciones, el modo Intelligence reduce la entrada de carburante y mejor las tasas de consumo hasta los 8,1 de media que nos permitió sacar en uno de los momentos de esta prueba. Eso sí, en cuanto aparece algún desnivel sobre todo de subida, es muy recomendable seleccionar antes de coger el repecho el modo Sport ya que puede llegar a consumir más en el Modo [I] que en el [S]

Conducimos el nuevo Subaru Impreza WRX STI

Pongámonos en que lo que queremos es poner el coche en circuito (algo que no hemos podido hacer) o para batir un tiempo: ajustaríamos al tercero de los modos, el Sport Sharp, [S]#, y entonces el coche solo sabe acelerar y coger velocidad, eso sí, sin ser tan diferente su comportamiento como lo es al pasar del Intelligence al Sport. El [S]# hace que el STI sea aún más inmediato en su respuesta que en modo [S], sí, pero es más equilibrado el Sport en casi todas las situaciones (salvo en la conducción competitiva, claro está).

Ahora, para quienes quieren disfrutan personalizando la respuesta y el comportamiento del coche, los ajustes del DCCD, Drivers Control Centre Differential, permiten modificar el par de las ruedas delanteras y las traseras en cuanto al sistema de tracción total permanente gracias a sus tres diferenciales (delantero, central y trasero) que son los encargados de modificar dicho reparto de par. Siendo el diferencial central en el que se puede modificar el reparto desde una relación de los 41/59 a 50/50.

Para aquellos que preferimos descubrir cuán bueno es un coche y la tecnología que ofrecen sus sistemas de ayuda a la conducción, está el siempre socorrido modo automático que, aún así, permite tres repartos seleccionables pudiéndose elegir entre Auto, Auto- y Auto+, o lo que es lo mismo, el que se debería elegir en un modo de conducción sin exigencias extraordinarias, el que fomenta la agilidad (para una conducción más bien "alegre") y el que accionaríamos cuando se necesite una mayor motricidad (por ejemplo con barro o nieve).

Por otro lado, existe la posibilidad mantener el control de tracción, activarlo en modo "Track" (carrera) o de desconectarlo, opciones recomendables de probar en caso de estar tomando tiempos como 0-100 en los que veremos que sí hay diferencias (de décimas) entre unos y otros modos, siendo la más rápida la desconexión.

Trabajo en equipo

Independientemente de las variables, hablemos de la suspensión, neumáticos y la estrella: el chasis.

Conducimos el nuevo Subaru Impreza WRX STI

Si bien es cierto que las gomas que calza este STI son unas Dunlop SP SPORT MAXX con una medida de 245 por 40 en llanta 18, su estado no era el mejor para andarse tentando a la suerte, los 6.000 km del odómetro indican que el estrés al que se les ha sometido ha sido bastante exigente y en no tardando mucho deberían ser sustituidos.

Aún estando en el final de su vida útil los neumáticos aguantan y si nos fijamos en cómo funcionan en conjunto con una suspensión que Subaru fija en aproximadamente un 20 % más rígida que la anterior esto es realmente apreciable cuando los km sobre el Impreza van pasando y se tiene la suerte de poder compararlo como Motor y Racing ha podido hacerlo entre este STI y el previo.

Efectivamente, la suspensión es más dura pero esto no significa que sea incómoda ni siquiera en zona urbana cuando una sucesión de resaltos y badenes se tumban en cada una de nuestras calles, incluso en zonas no asfaltadas, de grava o tierra con baches resulta agradable y práctica pero es cuando más rápido se va, según la mayor inclinación de los márgenes de la calzada y las curvas más se cierran cuando, junto con la tracción integral permanente uno siente el verdadero disfrute al volante de este Subaru Impreza WRX STI: sublime.

Más allá de los datos: qué transmite este STI

Ir relativamente rápido en zonas lentas con un aplomo y seguridad total además de escuchar el sonido de un motor que está totalmente a tu disposición (cuando el modo elegido es el Sport o Sport Sharp) alineado a la perfección con la tracción total y, sobre todo, un chasis exquisito que parece adaptarse como la arcilla al molde, hacen que este vehículo sea la materialización del sueño de tantos a los que nos gusta conducir más allá de las autopistas.

Notas cómo trabajas con el coche, que te fundes en el asiento y que tus manos y tus pies han enraizado con la herramienta de placer que es el nuevo STI, que él te ayuda cuando no has hilado todo lo fino que deberías y que te permite hacer lo que quieras cuando quieras sin tener el mayor miedo a asustarte (siempre y cuando la lógica esté de por medio, evidentemente) porque es un coche para disfrutar de él, con él y junto a él.

Dan ganas de no bajarse, una vez llegas al final de tu ruta ratonera no te queda otra que dar la vuelta y volver a trazar, subiendo y bajando marchas, apurando la frenada porque siempre vas sobre raíles con un aplomo digno de vehículos de competición que se encuentran a escasos centímetros del suelo cuando éste no lo está, es un coche de calle que da totalmente la sensación de ser de carreras.

Parece que el asfalto te succiona de tal forma que vas pegado al pavimento y metiendo el coche allá donde tu ojo fija el punto ideal de la trazada, permitiéndote acelerar y sentir la potencia tanto del poderío del motor bóxer turbo como de su equipo de frenado (firmado una generación más por Brembo).

Conducimos el nuevo Subaru Impreza WRX STI

Con un precio de 44.900 euros podría decirse que es un coche caro pero ¿está justificado su coste? SÍ, por supuesto que sí. Lo vale, y las emociones que produce no tienen precio. Disfrutar de cada movimiento de volante, saber que te va a provocar un cosquilleo en el estómago coger velocidad o que reducir la marcha y frenar para enlazar una curva con otra resulte adictivo no tiene precio.

Subaru lo ha vuelto a hacer: ha reinventado el Impreza WRX STI partiendo de una generación excelente para crear una extraordinaria.

En conclusión, el Subaru Impreza WRX STI es un verdadero placer para a quienes conducir es más allá de una mera acción de transportarse.

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