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PRUEBA DEPORTIVA

Ponemos a prueba el Porsche Macan Turbo

Analizamos la variante más potente del Macan, con los 400 caballos de su versión Turbo.

Sergio J. Cabrera

30 agosto 2014 17:10

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Ponemos a prueba el Porsche Macan Turbo

Ponemos a prueba el Porsche Macan Turbo

Uno de los modelos que más expectación ha despertado en los últimos años no ha sido otro que el primer SUV compacto de la marca alemana, el nuevo Porsche Macan.

Toda una apuesta para una marca con un historial bien alejado de los segmentos populares, y absolutamente centrada en la alta competición y en las áreas más deportivas y de representación del mercado.

Apuesta casi sin riesgos. dado el éxito del primer modelo SUV de la firma, el Cayenne, y a la bonanza que está viviendo el segmento SUV compacto estos últimos años, el único hueco de mercado inmune a la crisis y que aún parece estar en pleno crecimiento.

Largamente anunciado, al Macan se le esperaba tanto por unos como la alternativa deportiva del segmento, la simbiosis entre las dispares personalidades de los deportivos tradicionales de la marca y el Cayenne, como era preconizado por otros como una simple variante recarrozada del Audi Q5, con el que bien es cierto que, al menos en parte, comparte plataforma.

Ponemos a prueba el Porsche Macan Turbo

Tras estudiar exhaustivamente todos sus datos y características, y sobre todo, tras tener la ocasión de probarlo gracias a una magnífica jornada de prueba organizada por el cordial equipo del Centro Porsche Toledo, al que agradecemos enormemente su eficiente y exquisito trato, creemos firmemente que al contrario de lo que sugerían las expectativas puestas en el, el Macan no es un simple sub-producto comercial, creado, derivado o subyacente de un modelo o gama concreta, sino que dispone de lo que muchos modelos presumen pero suelen carecer, personalidad propia.

Síntesis del modelo

El Macan nace como producto lógico del éxito del Cayenne, como ciertos géneros cinematográficos, que explosionan tras el éxito de un film concreto. Por lo que en la casa alemana tuvieron muy claro cual era el camino a seguir.

Con un Cayenne muy bien establecido en el mercado, una ingente cantidad de recursos a su disposición en el seno del Grupo Volkswagen y la mejor de las experiencias en el ámbito de la ingeniería automotriz, los ingenieros de Porsche tuvieron una base muy sólida para el desarrollo del modelo.

A pesar de que desconocemos como fue dicho desarrollo a nivel interno, viendo el resultado es fácil suponer el pliego de condiciones original y las herramientas de las que dispusieron.

Ponemos a prueba el Porsche Macan Turbo

Tomando como base la plataforma MLB, estrenada originalmente en los Audi A4 y A5 en 2007 y mas tarde empleada en el Q5 propiamente dicho, los ingenieros de la marca germana trabajaron sobre ella para crear una base suficientemente sólida para acoger el enorme potencial que dispone cada uno de los modelos de la familia Macan, que actualmente y desde su lanzamiento está compuesta por tres variantes.

Macan S, S Diesel y Turbo conforman la oferta Macan por el momento, hasta la llegada de más versiones, por lo que por el momento el afortunado propietario se encontrará un abanico de posibilidades con unas características mecánicas básicas idénticas. Motor de seis cilindros turboalimentado, tracción integral Porsche Traction Management (PTM) y transmisión de doble embrague Porsche Doppelkupplung (PDK), sin posibilidad de cambio manual por vez primera en la historia de la marca.

Con un abanico de potencias desde los 258 caballos de la versión animada por gasóleo hasta los 400 de la versión Turbo, el Macan ofrece tres atractivas variantes, no muy alejadas entre sí, según las necesidades del cliente.

Sobre esta base encontramos un modelo de 4,7 metros de largo por cerca de 2 de ancho, que con una cota de altura en la media del segmento, 1,6 metros, ofrece mayor impacto visual que los SUV y crossover existentes en el mercado.

Ponemos a prueba el Porsche Macan Turbo

El propio diseño de la carrocería, musculado y fuertemente derivado del lenguaje de diseño de la marca, lo alejan visualmente del resto de modelos similares.

Reinterpretando el frontal del Cayenne, nos encontramos con un cuerpo de sabor más deportivo que este último, salpicado de detalles extraídos de los deportivos actuales de la firma, como los pilotos traseros heredados del superdeportivo híbrido 918 o la linea superior que dibujan las ventanillas laterales, inspirados en el 911, según afirma la marca.

Debido a lo escultural de su figura las fotografías no le hacen justicia, al no apreciarse el correcto volumen que tiene su diseño orgánico, muy redondeado y musculado, sobre todo en lo concerniente a las zonas de los pasos de rueda, que como en modelos puramente deportivos su forma y volumen añade dinamismo visual, y en el caso del Macan además, supone una de las características más curiosas del modelo, ya que la estructura que compone la parte superior de los pasos de rueda delanteros forma parte del capó, lo que le confiere mayor estética a la pieza al no disponer de las franquicias de separación sobre el mismo, quedando reservadas a una línea horizontal que nace sobre el arco de las ruedas, muy conseguido estéticamente.

En los siguientes artículos ahondaremos en la técnica del modelo y las sensaciones que transmite su conducción, las cuales son fundamentales para llegar a valorar correctamente el modelo.

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