Todo sobre las siglas DOT de los líquidos de freno

El líquido que se utiliza en el sistema de frenos es de vital importancia para la seguridad de la conducción de un coche, ya que él será el encargado de transmitir la presión que es aplicada por el conductor en el pedal, hacia el sistema de frenos compuesto por las pinzas y los tacos. Si el líquido no es el adecuado para un coche o el mismo se encuentra en mal estado, puede deteriorar el sistema o hasta calentarse dejando al coche con una frenada deficiente y peligrosa.

La forma actual de clasificar las propiedades de los líquidos de freno es tomando en cuenta su punto de ebullición, según la normativa actual más común de la FMVSS 116; bajo la supervisión del Departamento de Transportes de Estados Unidos, del cual se toman las siglas DOT, refiriéndose a Department of Transportation. Ellos han generado una clasificación numérica según el punto de ebullición soportable por el líquido, con el cual será mejor su rendimiento y su aplicación si puede soportar mayores temperaturas.

Clasificación según el sistema DOT

DOT 3: Es el primero de los líquidos que encontramos en la clasificación ascendente, siendo este el más común y económico, ya que el mismo absorbe la humedad rápidamente, pierde propiedades y no protege el sistema de la corrosión. En cuanto a los datos sobre sus prestaciones encontramos una ebullición seca al 205ºC, ebullición húmeda en 140ºC y una viscosidad de 1500cSt.

DOT 4: Es un líquido más moderno que el primero de la lista y es ya diseñado para los automóviles con tecnologías de ABS y ESP, ofreciendo una vida útil más resistente y por supuesto mayor, gracias a sus aditivos que la protegen del agua. Los puntos de ebullición son más altos ya que al seco se genera entre los 230ºC y 260ºC según sea el caso o la marca, y en una condición húmeda a 155ºC, con una viscosidad de 1800cSt.

DOT 5: es un líquido de composición sintética por lo que no puede mezclarse con los DOT 3 y DOT 4. El punto de ebullición se encuentra en los 260ºC, en cualquier condición.

DOT 5.1: Es el utilizado para los coches con los sistemas de frenos más modernos y avanzados, a pesar de ello la base de su composición vuelve a ser mineral, diferenciándolo del DOT 5, pero teniendo una mayor capacidad para absorber la humedad que los DOT 3 y DOT 4. Puede trabajar con un punto de ebullición en ser de 270ºC, y en condiciones húmedas de 180°C. Otra de las mayores diferencias es una disminución considerable en la viscosidad ya que la misma es de tan solo 900cSt, con lo cual se corre el riesgo de generar fugas en los sistemas.

Luego de clasificar los tipos de líquidos para frenos según el sistema del Departamento de Transportes de Estados Unidos o Department of Transportation (DOT), debemos entender que los tipos de líquidos DOT 3 y DOT 4, pueden ser utilizados en conjunto o mezclarse ya que se encuentran fabricados a base de glicol, teniendo como única diferencia los puntos de ebullición. El líquido clasificado como DOT 5 no es compatible con los primeros ya que es sintético a base de siliconas, y por último el DOT 5.1 retorna a utilizar glicol por lo cual es compatible y se convierte en la continuación directa del DOT 4.

Sistema DOT en detalle

Para poder elegir un líquido de freno adecuado debemos en primer lugar seguir las recomendaciones establecidas por el fabricante del auto y en segundo lugar saber que mientras mayor sea el punto de ebullición que nos ofrece, mejor será la respuesta al frenar el coche, otorgándonos un extra de seguridad. Es por ello que si tienes que reemplazar el líquido viejo de tu coche, lo hagas ya por un DOT 5.1 ya que puede otorgarte una mejor prestación y es igualmente compatible con los mas comunes DOT3 y DOT 4 por ser a base de poliglicol. Los coches con DOT 5 tienen unas buenas prestaciones y por ser diferente en su composición no se puede reemplazar por los anteriores.

El reemplazo del líquido de frenos es recomendable cada dos años u 80.000 kilómetros, ya que el mismo puede absorber humedad o agua por alguna de las juntas del circuito o sistema de frenos. Como consecuencia de ello las prestaciones y puntos de ebullición del mismo disminuyen, traduciéndose en un sistema de frenos poco confiable o que trabaje en mala forma. Al disminuir el punto de ebullición se pone en peligro la frenada ya que al generarse altas temperaturas por las exigencias, si un líquido calienta rápido y el punto de ebullición es bajo, pierde propiedades inmediatamente dejando al coche con una frenada alargada y un pedal difícil de accionar, convirtiéndose en un momento potencialmente peligroso para el conductor y sus acompañantes.

Los momentos más vulnerables para las altas temperaturas en las frenadas no solo tienen que ver con un manejo de altas velocidades o deportivo, de igual forma son propensos a recalentar o elevar su temperatura en carreteras con muchas largas pendientes; entrando en juego un factor muy importante como lo es el peso del coche o el peso de la carga que pueda llevar el mismo durante un momento de exigencia. Por ello se debe utilizar un líquido de frenos adecuado o por lo menos actualizado con las últimas tecnologías, para así obtener un mejor resultado en el frenado del auto, al igual que verificar constantemente el estado de los tacos de freno y realizarle el mantenimiento respectivo a las pinzas, ya que un trabajo eficiente de cada componente lograra los resultados deseados frente a algún tipo de exigencia.