Cuando hablamos de mecánica nos referimos a un mundo muy extenso. Por un lado, tenemos a todos los componentes partes y piezas que conforman un motor y que hacen posible su funcionamiento, y por el otro, un sinfín de detalles, cada uno con una función en específica, y con un tiempo de vida útil. La mecánica también entra en la constante evolución, de hecho, cada año se destinan millones de dólares con la finalidad de mejorar todos los aspectos y detalles que hacen posible el funcionamiento de los coches, reduciendo la contaminación ambiental, y preparándonos para una futura era en donde los motores eléctricos dominarán los espacios.
Porqué volver a los tres cilindros
Pues bien, parte de esos adelantos también incluyen retrocesos, y un ejemplo de ello lo podemos notar en volver a tomar en cuenta los motores de tres cilindros; alguno de nosotros se preguntará ¿Por qué volver a tomar en consideración este tipo de motores? Y la respuesta es muy sencilla, reducción de costos, consumo de combustible, peso y practicidad. A diferencia de otros propulsores, los de tres cilindros son más pequeños, inclusive son menos contaminantes y por ende más livianos. Pero ¿Por qué se desecharon? Por la sencilla razón de su pobre rendimiento, las constantes quejas de los clientes, y la búsqueda de mejores alternativas.
Se usan hasta con diésel
Pero precisamente la evolución ha hecho que muchos fabricantes vuelvan a poner un ojo en este tipo de motores, de hecho, existen coches de pequeño tamaño que ya están utilizando estos propulsores adaptados a las nuevas tecnologías; en el caso de las unidades de potencia propulsadas por diésel estas también han venido mejorando, eso sí, fabricando motores de tres cilindros turboalimentados y con inyección directa. Si hablamos de los motores a gasolina se pueden apreciar casos en donde coches usan propulsores de tres cilindros de inyección multipunto y sin turbo, pero a su vez ligeros, económicos y desde luego, sin grandes prestaciones mecánicas.
Reducen la fricción
Otro punto importante a tomar en cuenta en lo que respecta a este tipo de motores es que, a mayor tamaño, más piezas mecánicas lleva consigo el propulsor, y en este caso la fricción se incrementa. Los motores que tienen más piezas usan una mayor cantidad de energía, y esta termina perdiéndose precisamente en las fricciones internas. Los propulsores de tres cilindros llevan toda la ventaja ya que, según algunos estudios, estos son capaces de eliminar la fricción en casi un 25% con respecto a los motores de cuatro cilindros.
Mantenimiento del motor
Hay más ventajas que poseen los motores a tres cilindros y que tienen que ver directamente con el mantenimiento periódico. Como se comentó anteriormente, los motores de tres cilindros son más pequeños, lo cual genera que tengan menos piezas a nivel interno; en ese sentido, habrá menos partes que sustituir, como las bujías por ejemplo, en donde habrá solo tres y no cuatro como los motores de cuatro cilindros. En lo que respecta al nivel del lubricante o aceite, siendo un motor de tres cilindros debemos pensar que usará menos cantidad de lubricante, lo que también se traduce en menos gastos a nivel económico.
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Aun prefieren los motores más potentes
A pesar de lo antes expuesto, siempre hay personas que prefieren los motores más potentes y menos convencionales, sobre todo porque les fascina sentir el poder que emanan estas unidades de potencia en un momento determinado. Sin embargo, cuando sacamos las cuentas simplemente constatamos todo lo que nos podemos ahorrar a nivel económico, sin importar que nos traslade un motor más potente, o uno menos veloz. La durabilidad y el cuidado de este motor ya solo dependerá exclusivamente de nosotros, del tiempo que le dediquemos, de la calidad de partes o piezas que compraremos al momento de sustituir alguna. Ya veremos si en algunos años regresan los motores a tres cilindros, o simplemente se mantienen como un proyecto fallido, archivado en alguna gaveta.
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