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PRUEBA

Jaguar X-Type 2.0 D Classic, las características técnicas del malogrado sedán

Las características técnicas del denostado X-Type de Jaguar, su fracasado intento de establecerse en el segmento D.

Sergio J. Cabrera

30 diciembre 2015 19:30

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Jaguar X-Type 2.0 D Classic, las características técnicas del malogrado sedán

Si en el anterior artículo resumimos someramente la historia del criticado Jaguar X-Type, el estreno de la marca británica en el combativo pero jugoso segmento D, el de las berlinas medias. En esta parte repasaremos sus características técnicas, que si bien lo postulaban como un gran contendiente del segmento, posteriormente fueron estas las que provocaron su caída. Con unas ventas que nunca llegaron a la mitad de las previsiones previstas. Cosechando además críticas por doquier, a pesar de que sobre el papel no era una mala combinación de elementos.

De hecho, las críticas de algunos medios llegaron al punto que el modelo terminó figurando en la lista de los 50 peores vehículos de todos los tiempos, publicada por la revista Time. En la que se subraya la mala ejecución del modelo como responsable del fracaso del X-Type no como modelo, sino como Jaguar, ya que estaba desarrollado sobre una plataforma demasiado limitada.

Técnica

Desarrollado sobre la plataforma que empleaba Ford para sus modelos de tamaño medio en la década de los noventa y primera década del Siglo XXI, como las dos primeras generaciones del Ford Mondeo europeo o sus equivalentes en las gamas Ford y Mercury en el mercado estadounidense. Por lo que estaba diseñada para albergar motores de entre cuatro y seis cilindros siempre instalados de manera transversal a la marcha, y por tanto, vehículos eminentemente de tracción delantera.

Jaguar X-Type 2.0 D Classic, las características técnicas del malogrado sedán

Sobre esta probada plataforma tuvo Jaguar que trabajar para acoplar sus propias características, tradicionales e inherentes a la marca desde hacía décadas, como la tracción trasera. Por lo que la solución fue desarrollar el sistema de tracción total para el X-Type. Solución que contemplaban también sus principales rivales del mercado, como los Audi A4, BMW Serie 3 o el Mercedes-Benz Clase C.

La gama inicial de motores contaba con dos bloques V6 atmosféricos de gasolina de 2.5 y 3.0 litros de cilindrada, de 196 y 230 caballos, para poco después añadir el 2.1 litros, también de seis cilindros en V y de 156 caballos. Este último fue el encargado de inaugurar la tracción delantera en la marca británica. Al año siguiente, en 2003, Jaguar introdujo los dos motores diésel, de 2.0 y 2.2 litros, con tecnología common-rail y turbocompresor de geometría variable disponían de 130 y 155 caballos respectivamente.

En cuanto a las transmisiones disponibles, todos los motores contaban con una transmisión manual de 5 velocidades y en algunas versiones una caja automática también de cinco relaciones. Salvo el 2.2 diésel, que de entrada contaba con una transmisión manual de seis velocidades y en los dos últimos años de comercialización de una opcional de seis relaciones automática.

Jaguar X-Type 2.0 D Classic, las características técnicas del malogrado sedán

Carrocería y habitáculo

Disponible con dos tipos de carrocería, sedán y station wagon, el X-Type se basaba en las líneas de la berlina de representación de la marca, el enorme y tradicional XJ, con su característica línea de 3 volúmenes tradicional en la que la zona del maletero dibuja una suave caída. Mientras que en la delantera, los diseñadores de la marca redibujaron un frontal dotado de doble faro que reinterpretaba el resto de frontales de la marca. Pero su silueta, sobre todo de perfil, era claramente de inspiración XJ. Lo cual le otorgaba cierto atractivo y distinción.

En cuanto a su habitáculo no pecaba de excesivo tamaño, sin embargo no podía considerarse pequeño, estando en la media de las berlinas del segmento. Sin embargo, el diseño del interior del X-Type sí que suponía un elemento diferenciador con respecto a la competencia, ya que al igual que su exterior, contaba con un diseño y formas propias de la marca británica. Sobre todo en la zona del salpicadero, caracterizado por una superficie frontal muy vertical en forma de huso, y revestida de madera, como otros modelos de la firma.

Lo que lo separaba del resto de competidores alemanes, que disponían de interiores con un diseño más sobrio e impersonal. En cuanto al equipamiento, al igual que sus competidores contaba con un equipamiento correcto y una larga lista de opciones disponible con el que enriquecerlo.

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