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RETRO-PRUEBA

Recordamos el Nissan Almera ante la llegada del Pulsar

Probamos el Almera, el último compacto de Nissan y antecesor del nuevo Pulsar, hace ya ocho años.

Recordamos el Nissan Almera ante la llegada del Pulsar

Recordamos el Nissan Almera ante la llegada del Pulsar

El 20 de mayo nace el nuevo compacto del segmento C de Nissan, ocho años después de la apuesta de la marca por el segmento crossover, eliminando el Almera en favor del que a la postre, sería la referencia SUV del segmento compacto. Y aunque la marca se cubrió un tanto las espaldas comercializando simultáneamente el Tiida, un compacto de 4 metros más convencional destinado a los mercados asiáticos y demasiado pesado visualmente para el gusto europeo, cuya imagen os ofrecemos más abajo, lo cierto es que desapareció rápidamente de nuestro mercado, sobre todo por el éxito arrollador del Qashqai, que en muy poco tiempo se labró un hueco en el mercado.

Aprovechando tan singular ocasión, nos hemos decidido a recordar al Almera, el auténtico antecesor del nuevo Pulsar que conoceremos en apenas un par de días, para lo que hemos testado una unidad del último modelo comercializado.

Historia

La denominación Almera, extraída del apellido de la familia de pilotos francesa Alméras, se estrenó en Europa en el modelo lanzado en el año 2000, como sustituto del Sunny, aunque en otros mercados también era conocido como Pulsar, nombre escogido de nuevo por la marca para bautizar al nuevo modelo.

El Sunny/Pulsar nació a finales de los setenta, en 1978, y al igual que su rival Corolla, compitió con éxito en numerosos mercados, ganándose con los años fama de robustez a buen precio. El primer Almera, lanzado en 1995, sustituyó al Sunny/Pulsar de 1990, en el que estaba fuertemente basado manteniendo mayormente su estética, por lo que muchos lo consideran y lo reconocen erróneamente como otro Sunny, aunque lo cierto es que en Europa estrenó la designación Almera, unificando al fin el nombre para todos los países europeos.

Recordamos el Nissan Almera ante la llegada del Pulsar

Ya en el año 2000 nació la que sería la segunda y última generación del modelo en llegar a Europa, designada como N16, supuso todo un cambio respecto al modelo saliente. De mayor tamaño y peso visual, el Almera del 2000 adquiría una carrocería más grande visualmente, tal y como estaba en boga esos años, en los que la mayoría de compactos crecieron ampliamente en todas sus cotas. Irónicamente, fue tachado de poco espacioso en la banqueta trasera en comparación a sus rivales europeos.

Con un estética muy japonesa, el nuevo Almera supuso un salto cualitativo en lo referente a dotación de serie y calidad percibida. Fabricado en la planta de Sunderland, Reino Unido, específicamente para Europa, disponía de una gama de motores pensada para el público del viejo continente, en el que la estrella el motor de 2.2 litros diésel de 110 CV, el del mayor cilindrada de su clase disponible en el mercado en ese momento, acompañado por otras dos versiones gasolina de 1.5 y 1.8 litros, que presumían de un funcionamiento mucho más suave que el propulsado por gasóleo.

A finales de 2002 Nissan presentaba un restyling al modelo, pasando a denominarse N16R, y que con leves cambios estéticos sería el último en ser comercializado, siendo este el modelo que nos ocupa en esta prueba.

Almera N16R 2.2 dCi

La última gama del compacto de Nissan incluía las dos mismas opciones de gasolina y tres opciones de motor diésel, el K2K de 1.5 litros de origen Renault y dos versiones del mismo 2.2 litros, con 110 CV y 136 CV, este último ya con sistema common-rail y transmisión manual de 6 velocidades, lo que le capacitaba para homologar mejores consumos que el de 110 CV.

Recordamos el Nissan Almera ante la llegada del Pulsar

Para esta prueba hemos optado por una unidad equipada con el motor de 136 CV y 6 velocidades, un ejemplar con 10 años a sus espaldas, y que tras más de 175.000 kilómetros alardea de un gran estado de forma mecánico, que no estético, ya que tras ese tiempo en nuestras carreteras y calles, el paso del tiempo se nota en su piel.

Las modificaciones practicadas en el restyling incluían unos nuevos pilotos, tanto delanteros como traseros, recubiertos ambos por una cúpula transparente que englobaba en una sola pieza todos los elementos, práctica habitual en esas fechas, cuando se extendió el uso de los faros "tipo Lexus".

Además ganó unos paragolpes de una sola pieza, de nuevo en ambos extremos del vehículo, en el que se incluía una estrecha parrilla horizontal donde se alojaban los faros antiniebla. En cuanto al interior se sustituía la consola central por otra que incluía, según versiones, una gran pantalla central en la que se visualizan todas las funciones, como el climatizador automático, sistema de audio y ordenador de a bordo.

Técnicamente la actuación más trascendente fue la introducción del motor 2.2 dCi de 136 CV common-rail, aparte de recibir una actualización de las suspensiones, de tipo McPherson en el eje delantero y de eje rígido para el trasero, con el fin de ajustar el comportamiento del modelo, ganando una dureza y rigidez palpables con respecto al Almera del 2000.

Recordamos el Nissan Almera ante la llegada del Pulsar

Como las anteriores generaciones fue comercializado en carrocería hatchback de 3 y 5 puertas, y versión sedán de 4 puertas. Al contrario que muchos de sus rivales nunca llegó a contar con una versión familiar, aunque si versión MPV, el Almera Tino, que disponía de la misma cámara trasera que había estrenado el Primera unos años antes.

Con respecto a sus rivales de la época suponía una buena alternativa gracias a su gran relación calidad-precio, comparado con un Volkswagen Golf era considerablemente más asequible de adquirir, disponiendo además de una gran dotación de serie. Salvo las versiones más básicas contaba con climatizador, ordenador de a bordo, llantas de aleación, volante y pomo de la caja de cambios en piel, inmovilizador electrónico, ABS, sistema de frenada de emergencia o múltiples airbags.

Nunca fue el modelo más deseado del mercado del momento, pero su excelente relación calidad-precio y la robustez y fiabilidad de todas sus versiones mecánicas lo convertían en una compra muy inteligente.

En el siguiente artículo, que tenéis aquí, os describiremos en mayor detalle el apartado mecánico, habitáculo e impresiones de conducción de nuestra unidad de 136 CV.

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