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CONCENTRACIÓN

Superdeportivos en el Museo del Ejercito de Toledo

Asistimos a una pequeña pero llamativa concentración en el monumental Alcázar de Toledo.

Superdeportivos en el Museo del Ejercito de Toledo

Superdeportivos en el Museo del Ejercito de Toledo

Los fines de semana son el momento elegido por los afortunados propietarios de motocicletas o deportivos para reunirse, realizar excursiones y las consabidas concentraciones. Hace unas semanas, el diez de mayo pudimos tomar contacto con una de estas excursiones, que con salida de Valencia, recorría medio país hasta el centro de la meseta, donde pudimos visitar el parque cerrado en el momento de parada para la comida de los cansados participantes.

El punto de reunión, donde se improvisó el aparcamiento y la exhibición de los distintos modelos que tomaron parte fueron los jardines del Museo del Ejercito, que se encuentra en el Alcázar de Toledo, un enclave privilegiado que contribuyó con su especial arquitectura a la espectacularidad del momento.

Superdeportivos en el Museo del Ejercito de Toledo

Catálogo de ensueño

Los modelos reunidos pertenecían a muy distintas épocas, y aunque no era una concentración de clásicos como tal, pudimos disfrutar de la presencia de exclusivos modelos de varias épocas, como la pléyade de berlinettas Ferrari, que iban desde los más actuales 458 Italia y Spider, hasta un 308 GT4 de color amarillo, uno de los pocos modelos de la marca italiana no firmado por Pininfarina, sino por Bertone.

Junto a estos podíamos encontrar los consabidos 360 y 430 en varias versiones de carrocería, e incluso un 348 TS, más raro de ver a día de hoy. Los Gran Turismo de motor delantero de la firma también estaban presentes con un 550 Maranello y un 599 GTB, que no pierden ni un ápice de belleza pasados los años.

Superdeportivos en el Museo del Ejercito de Toledo

Varios Aston Martin DB9 y V8 Vantage, un Gallardo, un par de Nissan GTR, Audi R8, así como algunas unidades de varias generaciones del Porsche 911 Turbo o un 911 GT3 también adornaban el parking improvisado del centenario edificio, donde sin lugar a dudas las estrellas eran los modelos con más años a sus espaldas.

Como el Pontiac Firebird de segunda generación, fabricado entre 1971 y 1973, antes de la primera crisis del petroleo, que destacaba sobremanera junto a los deportivos europeos, nacidos en otra época y sobre todo, con otra manera de entender el automóvil deportivo moderno.

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