La lluvia hizo un favor y desapareció en la jornada del domingo. La pista estaba en buenas condiciones, salvo el incómodo viento tan frecuente de Philip Island. A pesar de que Marc Márquez ya logró el título, el subcampeonato sigue pendiente con varios aspirantes.
Apuesta de Viñales arriesgada pero correcta
La gran mayoría de los pilotos optaron por un neumático medio delantero y duro trasero. Hubo excepciones como las de Zarco con blandos tanto delante como detrás o Viñales con blando delantero y duro trasero. Esta última elección de Viñales fue muy arriesgada, ya que partía desde la segunda posición de parrilla y salvo Zarco todos llevaban un compuesto diferente. Después resultó que su apuesta fue la correcta.
La salida dejó a una Márquez como 'poleman' muy bien posicionado en la primera curva pero que rápidamente se le echaron encima los dos pilotos de Suzuki, Zarco, Miller y Dovizioso. Rossi se hacía un hueco entre los primeros y Viñales volvía a perder muchas posiciones en la salida. Este último rodaba octavo en los primeros compases.
Solo hizo falta una vuelta para que Márquez recuperase su posición. Pasó a Miller en la final de recta, pero también lo hizo Dovizioso, que volvía a tener a Márquez delante, como en la carrera de Japón. Parecía que ambos se escaparían, pero el segundo grupo con Iannone a la cabeza lo impidió. El piloto de Suzuki ya demostró un gran ritmo en los entrenamientos, y no tardó en demostrarlo cuando veía escaparse a los dos pilotos de cabeza. Iannone y su grupo alcanzaron a Dovizioso y Márquez. El de Suzuki adelantó al de Ducati y de nuevo se formó un gran grupo.
La maldición de Motegi
Johann Zarco remontaba posiciones desde su mala salida, mientras que Márquez comenzaba a perderlas con Dovizioso y Miller. A falta de 22 vueltas para el final, Zarco y Márquez cruzaron trayectorias en la frenada de la curva uno. El ilerdense parecía tener suficiente hueco, pero el francés no pudo detener su Yamaha y colisionó con el colín de Márquez, dañando su rueda trasera. El vigente campeón tuvo que retirarse, mientras que la espectacular caída de Zarco quedó en un susto. Una vez más, la maldición de Motegi. Todo título logrado por Márquez en Motegi supone un abandono en Philip Island. Marquez declaró ante los medios que fue un lance de carrera.
Sin Márquez, la cabeza de carrera la formaban Dovizioso y un Viñales que se había recompuesto de su mala salida. El de Yamaha adelantó a Dovizioso y comenzaría su andadura hacía la ansiada victoria. Dovizioso no pudo con el envite del de Yamaha y no pudo responderle. Por detrás, muy cerca, se encontraban Iannone, Rossi, Miller, Rins y un sorprendente Bautista que acababa de adaptarse a su nueva Ducati oficial al sustituir a Jorge Lorenzo. El de Talavera de la Reina demostró su pilotaje y se codeó con los pilotos oficiales por la segunda posición.
Algo más que una victoria la de Mack
Viñales abría hueco sobre el resto. Su ventaja ya era de más de un segundo, pilotando suave y preciso gracias, en parte, a su neumático blando delantero. Una gran apuesta de Viñales. Mientras, el grupo perseguidor no dejaba de estorbarse. Rossi, Bautista, Dovizioso y Iannone no pararon de adelantarse, intercambiándose continuamente la segunda posición. Vueltas después se uniría Rins a la fiesta. Muy lejos de este grupo, Dani Pedrosa sufría una caída sin consecuencias. Mal fin de semana para el box de Repsol Honda.
Iannone y Dovizioso tomaron los mandos del grupo perseguidor y comenzaron a recortar distancias respecto a Viñales. Los italianos pasaron a encontrarse de cuatro segundos a escasos dos del líder. Bautista no pudo con esta persecución y rodaba en solitario, pero muy orgulloso, en una cuarta posición muy merecida. Por detrás se encontraban Rossi y Rins, que fueron perdiendo ritmo.
Finalmente, Iannone y Dovizioso no pudieron recortar distancias, dejando a Viñales como ganador de la carrera. Segundo fue Iannone, seguido por Dovizioso. Cuarto Bautista con Rins y Rossi quinto y sexto, respectivamente.
Maverick Viñales llevaba más de un año sin ganar, y nada más cruzar la línea de meta se emocionaba, acordándose de todo lo sufrido para volver a estar en lo más alto del cajón. Yamaha llevaba 25 carreras sin ganar en MotoGP. Algo más que una victoria la de Mack.
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