Antes de que MotoGP volviera a tierras austriacas tras 18 años de ausencia, Ducati no ganaba en la categoría reina desde hace muchas carreras, muchos días sin subirse a lo más alto del podio, concretamente 2128. Pero en el Red Bull Ring por fin se iba a cortar la mala racha. Las largas rectas y aceleraciones del trazado hacían vaticinar que era el sitio idóneo para ello. Ya en los test todas las Ducati se mostraron muy fueres, al igual a como fue transcurriendo el fin de semana. Y el domingo remataron, en forma de doblete, con la victoria de Andrea Iannone y el segundo puesto de Andrea Dovizioso.
Al mismo tiempo indicaban que tanto Héctor Barberá, que rodaba 7º, como Yonny Hernández y las Aprilia de Álvaro Bautista y Stefan Bradl tenían que pasar por boxes tras adelantarse en la salida. El valenciano no lo cumplió (admitió que no lo vio), y le mostraron bandera negra.
Transcurrían siete vueltas y ya se veía una gran diferencia entre el primer grupo que cerraba Viñales y el segundo que lo abría Eugene Laverty. Restaba 19 vueltas y Dovizioso pasaba al ataque, marcando a continuación la vuelta rápida. Eso hizo que tanto Márquez como Viñales quedaran poco a poco descolgados.
Llegaba el último tercio de carrera y las Yamaha también se quedaban en tierra de nadie por la tercera plaza. La victoria se iba a decidir entre motos rojas. Y Dovizioso no podía meter rueda a un Iannone muy motivado. Conseguía así su primera victoria en la categoría reina y el fin de la sequía ducatista. Lorenzo completó el podio frente a Rossi, y detrás los españoles Marc, Maverick y Dani Pedrosa. Tito Rabat sumó dos puntos mientras que Aleix Espargaró se tuvo que retirar a seis vueltas del final por la lesión que arrastraba.
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