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GP DE GRAN BRETAÑA 2018

La precaria situación de Silverstone deja en evidencia a MotoGP

Las malas condiciones en las que se encontraba la pista puso en jaque a la organización del Mundial

Alejandro Delgado

27 agosto 2018 12:24

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La precaria situación de Silverstone deja en evidencia a MotoGP

Lo acontecido este fin de semana en el mítico trazado de Silverstone roza lo irrisorio. Parecía que no podía ir a peor el Gran Premio, pero lo vivido durante la jornada del domingo dejan en evidencia la gestión de esta cita. Las carencias del trazado británico han sacado a relucir la falta de iniciativa de la organización. Se ha tratado de un KO técnico. Lo que ha ido ocurrido en tres días es digno de analizar y sacar conclusiones. No se pueden volver a repetir. La seguridad debe prevalecer en todo momento. El sistema adoptado por la organización tiene lagunas más importantes que las que había en la pista.

El inicio de este problema se situaría el pasado cinco de marzo. El trazado británico comenzaba sus obras de reasfaltado. En un total se desembolsaría una cantidad cercana a los 2 millones de euros. En un principio todo iría bien, las mejoras iban avanzando positivamente y no surgían ningún tipo de inconveniente. Tanto es así, que la empresa que se encargaba de las obras decidía que por diversos motivos (supuestamente económicos) era necesario contratar los servicios de otra empresa. Al ser unos servicios temporales, es bastante probable que la otra empresa fuese a ciegas.

El resultado fue peor de lo esperado. El trabajo realizado es deficiente. Es inadmisible que un trazado del Mundial de Motociclismo tenga un asfalto tan precario. Es intolerable que un asfalto nuevo de menos de cinco meses se deforme con tanta facilidad. Es cierto que realizan pruebas otras categorías del mundo de la competición pero eso no es excusa para que eso suceda. Existen más circuitos que han pasado por una situación de reasfaltado, el más reciente es el del Circuit Barcelona-Catalunya, que tenía un presupuesto similar. En este proyecto se incluía una ampliación de escapatoria y remodelación de algunas partes del trazado, han sabido realizar bien su trabajo. Los equipos y pilotos están contentos por el trabajo realizado en la pista española, que ha estado en el punto de mira durante mucho tiempo.

La precaria situación de Silverstone deja en evidencia a MotoGP

La situación de Silverstone es lamentable, alarmante e innecesaria para un trazado de la primera categoría. No es posible que la pista, que está construida sobre una antigua base de la primera guerra Mundial y que no tiene muchos desniveles, tenga estos problemas de drenaje. El nuevo asfalto no evacua el agua, la mantiene en la pista y se va acumulando. Es improductivo que el equipo de comisarios del trazado salga a pista a intentar evacuar y secar la pista cuando sigue lloviendo. Es pan para hoy, hambre para mañana. Es inaceptable que una pista como la británica el sistema de drenado falle. Cabe destacar que Inglaterra es un país en el que 260 días al año aproximadamente llueve. Si fuese de un trazado como el de Qatar se comprende, puesto que es raro que llueva por su localización. La dirección del circuito lo sabe, no es nada nuevo para ellos. Sin embargo, han accedido a que esta situación suceda.

Es cierto que el trazado es el principal culpable de esta situación. Sin embargo hay otro que parece que pasa de puntillas pero este fin de semana se ha puesto él solito contra las cuerdas. Estamos hablando de la organización del Mundial. En la rueda de prensa en el que anunciaban que finalmente no se podía competir, Franco Uncini afirmaba que normalmente no comprueban nunca el sistema de drenado del circuito ni van a hacer los exámenes previos a las homologaciones cuando la pista está mojada.

Éste hecho resulta muy curioso. La organización antes de dar el visto bueno a los trazados hacen varios exámenes en distintos días para comprobar las diversas situaciones que se pueden dar lugar. Tanto es así, que en los test de Qatar se hicieron pruebas en mojado para comprobar el drenaje del asfalto. No es comprensible que el máximo organismo que vela por la seguridad de sus pilotos no analice ni pruebe el drenaje de la pista una vez que se han hecho unas obras tan importantes como es el reasfaltado completo. Pueden actuar de buena fe y considerar que el trazado por la trayectoria que tiene en el mundo de la competición sabe lo que se hacen. En cambio, dentro de las funciones del organismo está evaluar todas las posibles situaciones que se pueden vivir durante un Gran Premio.

La precaria situación de Silverstone deja en evidencia a MotoGP

Es evidente que la organización actúa con más calma y evaluando todas las situaciones en condiciones en las que su credibilidad está en juego. Esto se puede constatar tras la dramática situación vivida durante el FP4. La lluvia hacia acto de presencia sin previo aviso. Un piloto, Alex Rins, al no poder parar su montura tuvo que tirarse al suelo a más de 160 km/h. El piloto, viendo la complicada situación que estaba ocurriendo se puso a indicar a sus compañeros que bajasen el ritmo y que fuesen con cuidado. El asfalto se había convertido en una pista de patinaje. Sin embargo, dirección de carrera en vez de sacar inmediatamente la bandera roja, tardaron alrededor de un minuto la decisión.

En ese minuto, un piloto acabó en el hospital siendo sometido a una intervención que muy probablemente no pueda terminar la temporada y tenga que comenzar a prepararse de cara a 2019. Tito Rabat sufrió una fractura de fémur, tibia y peroné de su pierna derecha tras el impacto de otra montura. Esta situación, evidentemente, se podría haber evitado. La lentitud a la hora de tomar decisiones de este calado hace peligrar la reputación de la organización.

La seguridad es su máxima, pero parece ser que no es suficiente ver que un piloto hace señas al resto de pilotos para que reduzcan la velocidad. Su función de evitar desgracias es evidente que no la están cumpliendo. No es normal que tarden tanto en actuar. Desde el inicio de la jornada del domingo se sabía que era prácticamente imposible que este Gran Premio finalmente se disputase. Las condiciones de la pista eran impracticables, el propio coche de seguridad en una de sus vueltas para analizar las condiciones del trazado tenía problemas para no irse recto.

Es momento para sentarse a hablar todas las partes involucradas y ver que ha sucedido para llegar a este punto. No hay que buscar culpables y lavarse las manos. Es evidente que se han hecho cosas mal por ambas partes. La reputación y seguridad del campeonato está en juego y no deben de mirar a otro lado. Los protocolos se pueden cambiar y es lo que deben hacer de cara a las próximas carreras.

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