Ogier disfruta al ver su sueño cumplido en la que él mismo califica como "la mejor temporada" de su vida. Saca pecho y no es para menos: "No he cometido errores y he tenido buenas actuaciones. Este era el rallye más difícil de abrir pista y nos alegramos de haberlo ganado. Es la manera perfecta de conseguir mi tercer título". Con estas palabras para WRC.com, celebraba el francés su nuevo triunfo.
El broche de oro
Los números que deja Sébastien Ogier a falta de tres citas para finalizar la temporada dan buena fe de por qué se ha vuelto a proclamar Campeón. Siete victorias y ocho Power Stage. No hay lugar a dudas, el francés se ha salido este año con su Polo R WRC. Tan solo un tachón en el historial: el Rally de Argentina. La prueba maldita de la temporada donde la mayoría de pilotos se las vieron y se las desearon para terminar.
En Portugal, cedió la victoria en beneficio de su compañero de equipo Jari-Matti Latvala. El finlandés comenzó muy mal la temporada con un segundo puesto y tres abandonos seguidos y se mostraba ya desde México muy negativo respecto a la posibilidad de luchar por el título. Ogier se mostraba intratable desde el principio y se marcó un triplete de victorias para arrancar la temporada. Con 101 puntos de ventaja sobre Latvala, el francés ha logrado su tercer título de Campeón del WRC.
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