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RETRO-PRUEBA

Analizamos el Chrysler 300C de primera generación

Probamos un ejemplar del Chrysler 300C de primera generación en un inusual estado impecable.

Sergio J. Cabrera

26 noviembre 2015 18:51

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Analizamos el Chrysler 300C de primera generación

Tras nuestro análisis del Lancia Thema de hace unas semanas, modelo que llamó poderosamente nuestras atención dada la exclusividad y rareza que aportaba a un segmento fuertemente encorsetado y cuadriculado, teníamos la rara oportunidad de analizar un fantástico ejemplar del que había sido su antecesor, el Chrysler 300C, un modelo que también estaba dotado de una naturaleza y génesis muy peculiares, aunque al contrario que el Thema de Lancia, ya discontinuado, el 300C había resultado todo un éxito internacional.

En el mencionado análisis del Lancia resaltábamos los curiosos orígenes del modelo, irónicamente, siendo el último en llevar el nombre de una saga de berlinas italianas, realmente se trataba de un modelo muy americano, el Chrysler 300C, al que simplemente habían sustituido los emblemas y practicados unos pocos cambios a nivel del interior y de equipamiento. Y este a su vez, había sido desarrollado sobre la plataforma del Mercedes Clase E de principios de la década pasada.

Esa extraña mezcla genética se debía al devenir económico de Chrysler en este principio del Siglo XXI, ya que en la década pasada Mercedes-Benz se hacía con Chrysler, por lo que compartía parte de sus desarrollos tecnológicos con el Grupo estadounidense dando a lugar a algunos de los mejores modelos de los últimos años de la firma estadounidense.

Analizamos el Chrysler 300C de primera generación

El Chrysler 300C es buena muestra de esta unión. Presentado conceptualmente en 2003 en el Salón de Nueva York y posteriormente comercializado en 2004, como Model Year 2005, el Chrysler 300 no solo recuperaba un nombre histórico de la marca además presentaba un diseño muy atractivo basado en los volúmenes y líneas clásicas, con un resultado tremendamente macizo e imponente. Compuesto mayormente por visibles líneas rectas, el acabado de los ángulos resultantes de forma suave y redondeada mitigan enormemente la sensación de caja del conjunto.

Además de numerosos elementos de diseño de formas redondeadas, como los grupos ópticos delanteros o los bordes de la gran parrilla delantera, en forma de paralelogramo y rejilla de trama rectangular dispone en sus cuatro esquinas de ángulos mitigados con suaves curvas.

Gama

Si bien se comercializó con el mismo diseño en muy distintos mercados del planeta, alguno tuvo sus peculiaridades, como el europeo, donde la gama 300C contaba con las indispensables mecánicas de gasóleo. Estaba disponible en todos los mercados con opción de carrocería berlina o familiar, denominada Touring hasta el lanzamiento de la segunda generación al final de la década, cuando se anuló dicha la versión familiar, muy apreciada por medios y público.

Analizamos el Chrysler 300C de primera generación

Otra de las diferencias era el propio nombre, si bien se comercializaba en los Estados Unidos con el nombre 300 a secas, el 300C era una versión de acabado, en Europa el nombre por defecto era 300C. Hasta que en 2011 la nueva generación jubilaba al 300C en la mayoría de países en Europa y se estrenaba el Thema en la gama de Lancia, que no era otro que el nuevo 300C con una imagen más afilada y acabados más suntuosos. En ese momento ya no existía relación entre Mercedes Benz y el Grupo Chrysler, estando ya bajo el paraguas del Grupo Fiat, por lo que aparte de los logos de la marca italiana en Europa los motores diésel Mercedes eran sustituidos por nuevos bloques procedentes de VM Motori, empresa también del Grupo Fiat.

La primera generación también gozó de variantes explosivas, como la SRT8, una variante con un enorme bloque V8 HEMI de 6.1 litros de 425 caballos, que era instalado tanto en la berlina como en la variante familiar Touring, lo que les convertía en unos de los modelos del segmento E más potentes del mercado, con permiso de los BMW M5 y Mercedes Clase E AMG.

El éxito de los Chrysler 300 se dejó notar incluso en el mundo del cine y la televisión, con apariciones en numerosas películas y series, como 'Una historia de violencia' o la serie 'Los Soprano', la polarizante imagen del 300 con su rotundo aspecto rápidamente fue asociado con los estereotipos de los antagonistas de la ciencia ficción, como la mafia.

Analizamos el Chrysler 300C de primera generación

El ejemplar que hemos podido probar del Chrysler 300C es una unidad equipada con el motor diésel de 3.0 litros, de origen Mercedes. Matriculada en 2006, esta unidad presentaba un aspecto simple y llanamente fantástico, con un estado de conservación original raramente visto en un modelo con cerca de diez años de vida. De hecho, había sido pintada por completo en su color original hacía menos de dos años por lo que tanto su exterior como el habitáculo carecían de un solo síntoma habitual del paso del tiempo, a pesar de contar ya con unos 170.000 kilómetros y estar ya en manos de su tercer propietario. Por lo que su análisis ha resultado ser el de un vehículo que mostraba un estado prácticamente nuevo.

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